"el Juicio"

[Furioux]

"EL JUICIO"



-Pido a su señoría que se me permita interrogar al acusado –dijo el Fiscal acomodándose la toga.

-El fiscal tiene la venia –respondió el Juez de Primera Instancia en delitos contra la tranquilidad y el sentido común.

El representante del Ministerio Público se acercó al detenido, un hombre de aspecto profesoral, ya entrado en años, que miraba con disgusto a los circundantes.

-Diga el acusado como es verdad que trató de eliminar todos los hábitos mentales existentes, así quebrantar los límites del espíritu con los que se rodea nuestro modo de pensar.

-Me acojo al precepto constitucional –respondió el indiciado sin inmutarse.

-Diga el acusado como es verdad que estuvo experimentando con una “ciencia” alejada del pensar natural, con una actitud totalmente distinta que modifica en todo sentido a los fenómenos.

-Es posible –contestó esta vez el acusado mirando fijamente hacia el techo.

-Conteste con claridad –atacó el fiscal- ¿Es verdad que trató de trascendentalizar?

-Yo sólo partí de la posición natural del mundo.

-¿Cree usted que la posición natural del mundo son esencias?

-Sí, lo creo.

-¡Señor Juez! –Gritó exaltado el fiscal- pido a su señoría que prohíba actitudes cínicas al acusado.

-Se prohibe al acusado asumir actitudes cínicas –dijo el Juez en tono reposado.

-Señores del jurado –prosiguió el fiscal- como puede concluirse de toda evidencia, este hombre no tiene ni la vergüenza de ocultar su crimen. Ni siquiera niega la circunstancia agravante de que el día que lo detuvieron se le encontró en su hogar con una joven a quien forzaba a escuchar una exposición de su sistema de especulaciones eidéticas.

-Y como si fuera poco –prosiguió el fiscal batiendo el índice frente a la nariz del reo- para confundir a los agentes de la razón que lo fueron a detener, trató de adecuar la situación, diciéndoles que la misma sólo “podía darse” por un lado o por varios lados, pero nunca por todos los lados, y mientras los agentes meditaban pretendió convertirse en una categoría lógica tras de su escritorio.

Un murmullo de agitación recorrió la sala.

-Este señor, pues, ha incurrido en el delito de todos los hombres teóricos; que no contentos con serlo se empeñan en reducir el universo a su teoría, la cual en este caso, no sólo ignora la historia concreta sino que además niega la acción. Engañados por su malicia, innumerables ciudadanos han abandonado sus ocupaciones útiles y se han dedicado a creer que el acusado les restituye el mundo, que lo van a poseer, ¡que ya lo posee! Es por todo eso que pido para el acusado la pena máxima de este Tribunal.

¿Y Ud. que tiene qué alegar en su defensa? –preguntó el Juez.

-Ninguna de esas acusaciones me afecta, las he convertido en esencias –contestó orgullosamente el reo.

El Juez miró significativamente a los miembros del jurado, los cuales se retiraron a deliberar.

A los 30 minutos regresaron y uno de ellos entregó un papelito al Juez, quien carraspeó, se acomodó los lentes y comenzó a leer:

-En nombre de la seguridad mental y por autoridad de la Razón y al Sensatez, este Tribunal encuentra al acusado culpable...

Un murmullo ensordecedor inundó la sala. El Juez golpeó con fuerza el martillo: ...culpable de atentar contra la verdad en todas sus formas lógicas, siendo imputable:

1) La falsificación de fenómenos a los efectos de su posterior reventa como esencias;

2) el pensar que la conciencia se basta a sí misma;

3) de descuidar los problemas concretos de la individualidad;

4) Haber “suspendido” al mundo quedándose con el “yo” vacío, transparente y purificado, y sin nada con qué distraerse después que todo estaba entre paréntesis;

5) de haber pretendido explicar definitivamente lo que es la realidad;

6) el disimular a los ingenuos las fallas de su sistema complicando artificialmente el estilo en que lo expone. Por todo ello se le condena a la pena máxima, que se ejecutará inmediatamente y sin apelación.

Un soplo de terror recorrió la sala. Los verdugos entraron, hubo un prolongado forcejeo, los periodistas se apretujaron, y cuando la muchedumbre se disipó un tanto, finalmente pudo verse al acusado, ahora encerrado para toda la eternidad dentro de uno de los paréntesis de su propio sistema.





De: Otrova Gomas

[Furioux]

Y que? a nadie le gustó Otrova Gomás??





:(