Yo vengo con algo.. diferente, una historia.

[Gexkosm]

La ira del Rey Exánime.
Capítulo 1: Hogar, dulce hogar…
Mi nombre es Troy Senthir, nací en una pequeña aldea cerca de Alterac llamada Stranhbrad. Mi padre, Marc Senthir, era un Soldado Raso a las órdenes de el Rey Terenas Menethil, en cuanto a mi madre, Nerea Ploy, lo que hacía toda mujer, trabajar en la granja, yo ayudaba cuanto podía, pero incluso mi padre tenía pensado otro futuro para mí.
Tiempo más tarde, en los inicios de la Tercera Guerra, a mi padre le fue encomendada la misión de ayudar al Príncipe Arthas Menethil en su labor de investigar acerca de esta extraña plaga. Conmigo aprendiendo a usar la espada y el escudo, mi madre estaba desprotegida de cualquier cosa que amenace nuestra granja. Al finalizar la tarea del Príncipe, mi padre lo acompaño a Northrend para ayudarle a matar a un poderoso demonio, causante de la misteriosa peste.
A la edad de 21 años, entre en el gran ejército de Lordaeron. Con mi padre muerto peleando por Arthas, quedé yo solo con mi madre. Pero las malas noticias no tardaron en llegar, mi madre, Nerea, murió repentinamente y jamás supe porque. Finalmente yo, Troy Senthir, quede sin familiar alguno. Afortunadamente, encontré refugio en Lordaeron, donde entre en el batallón del Paladín Uther.

Capítulo 2: El ascenso de Troy.
Todo comenzó en una mañana muy agitada, se rumoreaba que los orcos habían asaltado los campos de internamiento bajo el estandarte de un nuevo Jefe de Guerra. Uther llevó a sus mejores guerreros a defender Stranhbrad, mi aldea de nacimiento, ya que se habían recibido noticias de exploradores acerca de un eminente y poderoso ataque.
Más tarde, el capitán del batallón de Uther, llevó un pequeño contingente consigo a investigar los campos de internamientos. Entre esos soldados, estaba yo, novato pero valiente. Al llegar a los campos de internamiento, un soldado muy herido, me contó con vos moribunda que los orcos habían liberado a sus compañeros de los campos de internamientos, también dijo que el anterior Jefe de Guerra, Orgrim Doomhammer, había muerto durante la batalla. Inmediatamente nos adentramos en los campos y vimos a lo lejos unos barcos humanos, no tardamos en darnos cuenta que eran orcos.
En cuanto a Uther, una vez salvada la aldea, se encargaría de asaltar el asentamiento principal de los orcos, y acabar con toda esta molesta raza de una vez por todas. Una vez investigados los campos, y al ver que nada podíamos hacer, viajamos rumbo a Stormwind, que había sido destruida en la Primera Guerra. El capitán nos ordeno ayudar a los albañiles a reconstruir la gran ciudad, ya que era necesario.
Rumores de la caída de Lordaeron llegaron a mis oídos, acerca de los muertos vivientes, raza la cual había surgido de la misteriosa peste. No solo eso, si no que Dalaran y Silvermoon estaban en ruinas. También se rumoreaba acerca de la extinción de los Altos Elfos tras la caída de Silvermoon. Lo que nadie sabía, era quien estaba tras esta invasión. Sin comprobar la chusma, me concentre en reconstruir la ciudad.
Una oscura tarde, un emisario llegó, en ese momento yo hablaba con el Capitán. El emisario le susurró que Uther había muerto y que también lo había hecho el Rey Terenas, Anaestarian Sunstrider y Antonidas. También susurró que nadie sabía que le ocurrió al Príncipe Arthas una ves Lordaeron cayó.
Los rumores habían sido confirmados, Lordaeron, Dalaran y Silvermoon habían caído. Los grandes héroes cuyas hazañas siempre serán recordadas, habían quedado en el olvido. El Capitán tomó el mando del batallón y me ascendió a mí a su cargo. No me sorprendí, ya que estaba rodeado de completos inútiles que solo les importaba seducir mujeres.

Capítulo 3: La sombra de Lordaeron.
Pasaron meses después de las horribles noticias. El líder del batallón, ahora Marcus Finten, ex capitán nos ordenó marchar sigilosamente hasta la ciudad de Dalaran. Al llegar, solo había muerte y caos por doquier, ni siquiera era posible imaginar aquello que estaba viendo. Esqueletos vivos, criaturas que caminaban en cuatro patas, parecidas a un humano, devorando cadáveres. El fuego que cubría la ciudad, era simplemente increíble, la destrucción, la muerte, la sangre derramada… era todo obra de un malvado líder, que solo deseaba la destrucción de la raza humana.
Una semana después, llegamos a la Capital. No estaba tan mal como Dalaran, pero nunca hubiera imaginado así a mi amada ciudad, los edificios destrozados, muertes hacia donde veías y un leve fuego cubría tan solo unas casas. Nos adentramos en la ciudad y la inspeccionamos, solo rescatamos 3 ciudadanos. Uno de ellos, Varian Wrynn, heredero al trono de Azeroth. Inmediatamente lo evacuaron hacia la reconstruida ciudad de Stormwind, donde Bolvar Fordragón estaba a cargo.
Al salir de la capital, los bosques y la ciudad en sí, eran un infierno. Tan solo yo y otro soldado miramos hacia atrás. Era increíble ver en lo que Lordaeron se convirtió tan solo en unos pocos días. Lordaeron era una sombra de lo que había sido antes, una ciudad la cual, era imposible olvidar.

Capítulo 4: La llamada de la Cruzada.
Pocos meses más tarde, descubrí que el que estuvo detrás de tanto caos y destrucción, fue nada más y nada menos que el Príncipe Arthas Menethil, o al menos así le decían… se había convertido en el Rey de los Muertos y ahora le llamaban El Rey Exánime. Solo sobrevivieron 2 Paladínes, Tirion Fordring y Bolvar Fordragón. Con tanto caos en el reino de Lordaeron, la Horda no era tan importante.
Marchábamos hacia Mardenholde Keep, la cual estaba custodiada por Tirion Fordring. Al entrar había guerreros muertos vivientes, repugnantes si así se les puede decir. Nos lanzamos al combate instantáneamente, cayendo muchos de mis guerreros en combate, se podría decir de los 20 que tenía, solo 7 sobrevivieron. Al no poder hacer frente a otro contingente, aligeramos el paso y nos unimos a las míseras fuerzas de Tirion Fordring.
Finalmente llegamos a su campamento, pero los problemas no tardaron. Darion Mograine, ex humano, ahora muerto viviente, hijo del Ashbringer, llevaba la mismísima espada, la Ashbringer, pero corrupta. Tirion dio un sermón digno hacia Darion, diciéndole que los había traicionado a todos, y que su padre asi no lo quizo, le ofreció unirse a el, para poner fin a esta sombra que ahora acechaba el mundo, para matar al Rey Exánime.
Dicho esto, El Rey Exánime apareció en persona en campamento. Nadie podía creer que aquel ser, tan poderoso y caótico, era Arthas. Darion lanzó la Ashbringer hacia Tirion, y la Ashbringer tomo su forma original, la que portaba su padre, y también haciendo de Tirion muy poderoso. Tirion retó a Arthas a una batalla, pero él no aceptó ya que esa tierra estaba limpia, sagrada. El Rey Exánime se retiró y Tirion hizo un pacto con El Alba Argenta y los Paladínes restantes de la Mano de Plata, formándose asi la Cruzada Argenta. Tirion llamó a los más grandes héroes que quisieran hacer frente a Arthas para poner fin a su reinado de terror. No dude en responder tal llamado, y fui reclutado en sus fuerzas.

Capítulo 5: Enfrentando al terror…
Con la reconstruida ciudad de Dalaran, ahora mudada hacia El Bosque Canto de Cristal en Northrend, le fue encomendada la misión de retener a los muertos en la Puerta de Cólera a Bolvar Fordragón, ya que Varian había regresado a su trono, Bolvar era ahora un Alto Señor. Tirion mando unos pocos soldados para ayudar a Bolvar, entre ellos, me encontraba yo. Era imposible saber lo que ocurriría ahí.
Una semana más tarde, inicio el asalto hacia la puerta. Encontrándome yo en la tercera fila, logré matar unos pocos muertos. Pero solo uno me costó mucho, un ser parecido a un gigante de hielo, era muy ágil y fuerte, alto y robusto. De no haber sido por la llegada de Colmillosauro el Joven y sus guerreros de la Horda, no podría haber sobrevivido. Una ves aniquilados todos los muertos, Bolvar llamó a Arthas para que responda por sus pecados. Yo vería al Rey Exánime una vez más.
Las puertas se abrieron ya imagen de Arthas se presentó. Mi corazón se detuvo o al menos eso parecía, temía tener que enfrentarme al mismísimo Rey Exánime y morir en sus manos. Colmillosauro el Joven se lanzo en combate contra Arthas, pero en un solo ataque, cayó muerto. Arthas tomo su alma y lo resucito como un muerto viviente Alto Señor. La derrota y caída de nuestros soldados parecía inminente pero una traición lo cambió todo, el Gran Apotecario Putress, al mando de Sylvanas Windrunner, ahora líder de los renegados que escaparon del dominio del Rey Exánime que también ocuparon Lordaeron, lanzó una plaga que había estado preparando durante mucho tiempo, mientras que Varimathras, Señor del Terror bajo las órdenes de Sylvanas, tomo Entrañas en un golpe de estado.
La plaga liberada parecía desintegrar a quien la tocara. Un soldado de bajo rango, ordenó la retirada, y viendo que las últimas esperanzas se perdían, me lancé en una corrida hacia Bastión Fordragón. Bolvar nunca apareció, luego de que Alextraszta quemara el campo, solo se encontró su escudo. Le tocó a un joven soldado, entregarle el escudo al Rey Varian Wrynn en Stormwind, ya que antaño fueron grandes amigos.
Caí en una gran depresión, si no pudimos derrotar allí al Rey Exánime, era casi imposible derrotarlo en su ciudadela. No fue hasta que, Tirion y todas sus fuerzas avanzaron a través de las puertas de Arthas y las destruyeron. Por extrañas razones, Arthas no se presentó en ninguna de ellas.
Como Capitán, me llego a inmediata orden de acompañar a Tirion en la Ciudadela de la Corona de Hielo, donde se trataría de poner fin a Arthas y a su reinado de maldad.

Capítulo 6: En el Abismo Helado…
Finalmente llegamos a la entrada de la Ciudadela. Alcanza con decir que era increíble aquella edificación con una altura impresionante, incapaz de terminar de ver con la mirada humana. Nos adentramos en la Ciudadela. Mis guerreros estaban tan atemorizados que se casi se escuchaban sus latidos. En la cima de la Ciudadela, me enfrentaría a Arthas. Avanzamos entre los primeros soldados hasta llegar a una criatura con forma desconocida, esta se hacía llamar Lord Tuétano, era poderoso, pero lo derrotamos sin mucha dificultad, subimos y aseguramos terreno, limpiando muertos por donde los veíamos. Luego de esto, nos enfrentamos a seres poderosos como Señora Susurramuerte, Gunship Batalla.
Al llegar a la siguiente puerta, no pudimos creer lo que estaba allí, era Colmillosauro el Joven, resucitado por el Rey Exánime. Antes de avanzar, hablé con un soldado de bajo rango con el cual éramos grandes amigos, me habló de su difunta familia y su hijo muerto. El llanto cubría su rostro, su voz era cada ves menos entendible, tenia una razón por la cual llorar. Pero la causa de la muerte de su hijo y de la desaparición de la familia tenia que ver con Arthas, el estaba allí para vengarlos.
Finalmente Tirion dio la orden de acabar con Colmillosauro. Fue la batalla mas difícil de toda mi vida, los muertos caían a nosotros como la nieve en el invierno, en los grandes campos de Stranhbrad…
La batalla continuó, yo mataba a los muertos cada ves que podía, ya que me tenia que enfrentar con varios a la vez, hasta que sucedió, un guerrero muerto viviente me derribó, con la huida de las fuerzas de Tirion al no poder contener la amenaza, me fue imposible escapar… estaba completamente, rodeado.
Los muertos se detuvieron y formaron en mi alrededor un circulo. Colmillosauro se presentó frente a mí. Mi corazón temblaba como nunca, la escarcha del Trono se hacía sentir en ese lugar, era un infierno, congelado…
Me lancé al combate como un suicida, aguante mucho tiempo rechazando los ataques de Colmillosauro, hasta que traspasó mis defensas… comencé a sentir un leve dolor en mi estomago, un leve dolor que a cada segundo se hacía más fuerte. Caí agonizante en el suelo, derramando sangre por mi estómago. Colmillosauro me observaba, como si me reconociera de aquella batalla en la Puerta de Cólera. Mi visión se hacía cada vez mas borrosa, sabía que no duraría mucho más, con mi último esfuerzo, me paré, y muy adolorido lancé mi último ataque hacia el orco caído. Antes de atacarlo, me atravesó nuevamente, el dolor ya era insoportable, no me quedaba mucho, ya casi estaba… ciego.

Capítulo 7: El renacer de Troy.
Los muertos que me rodeaban se dispersaron, esperando la ofensiva de Tirion. De un momento a otro, aparecí en la Ciudadela, vivo. Tenía un poder que ni yo comprendía, estaba junto a muchos guerreros con un aspecto extraño, entre ellos estaba mi amigo, Nantier Mits, que también tenía ese extraño aspecto.
Finalmente me acerqué hacia él, preguntándole de este extraño lugar, el me miro fijamente a los ojos, su rostro, pálido y a la vez espeluznante me sorprendió. Me contestó con una vos espectral que habíamos sido resucitados como… Caballeros de la Muerte.
Llegó la inevitable muerte de Arthas y todos nosotros fuimos liberados de su control, éramos libres de seguir nuestro camino. Nantier desapareció al poco tiempo de la muerte de Arthas.
En cuanto a mí, estoy aquí, en las ruinas de Stranhbrad, conmemorando mi historia, recordando las eras pasadas donde todo era diversión, aquellas épocas donde el miedo no reinaba, si no que éramos libres de vagar por el mundo, aquellas épocas donde… todo era diferente.

[Morphio]

ok

[Judasu]

[Yayro]

Después voy a buscar la historia que colgue hace mil aca en el foro. Ahora que me acuerdo nunca la termine de postear.

[Gexkosm]

Ningun comentario :S

[nicosimi]

el wall post de morfeanath es mejor. en el th de crimen y la insegurida'

[simi_m]

Me la paso leyendo para la facultad, y vos venís y posteas esto tan largo, estás mal hermano, no lo leo ni en pedo

[Blooder]

La ira del Rey Exánime.
Capítulo 1: Hogar, dulce hogar…
Mi nombre es Troy Senthir, nací en una pequeña aldea cerca de Alterac llamada Stranhbrad. Mi padre, Marc Senthir, era un Soldado Raso a las órdenes de el Rey Terenas Menethil, en cuanto a mi madre, Nerea Ploy, lo que hacía toda mujer, trabajar en la granja, yo ayudaba cuanto podía, pero incluso mi padre tenía pensado otro futuro para mí.
Tiempo más tarde, en los inicios de la Tercera Guerra, a mi padre le fue encomendada la misión de ayudar al Príncipe Arthas Menethil en su labor de investigar acerca de esta extraña plaga. Conmigo aprendiendo a usar la espada y el escudo, mi madre estaba desprotegida de cualquier cosa que amenace nuestra granja. Al finalizar la tarea del Príncipe, mi padre lo acompaño a Northrend para ayudarle a matar a un poderoso demonio, causante de la misteriosa peste.
A la edad de 21 años, entre en el gran ejército de Lordaeron. Con mi padre muerto peleando por Arthas, quedé yo solo con mi madre. Pero las malas noticias no tardaron en llegar, mi madre, Nerea, murió repentinamente y jamás supe porque. Finalmente yo, Troy Senthir, quede sin familiar alguno. Afortunadamente, encontré refugio en Lordaeron, donde entre en el batallón del Paladín Uther.

Capítulo 2: El ascenso de Troy.
Todo comenzó en una mañana muy agitada, se rumoreaba que los orcos habían asaltado los campos de internamiento bajo el estandarte de un nuevo Jefe de Guerra. Uther llevó a sus mejores guerreros a defender Stranhbrad, mi aldea de nacimiento, ya que se habían recibido noticias de exploradores acerca de un eminente y poderoso ataque.
Más tarde, el capitán del batallón de Uther, llevó un pequeño contingente consigo a investigar los campos de internamientos. Entre esos soldados, estaba yo, novato pero valiente. Al llegar a los campos de internamiento, un soldado muy herido, me contó con vos moribunda que los orcos habían liberado a sus compañeros de los campos de internamientos, también dijo que el anterior Jefe de Guerra, Orgrim Doomhammer, había muerto durante la batalla. Inmediatamente nos adentramos en los campos y vimos a lo lejos unos barcos humanos, no tardamos en darnos cuenta que eran orcos.
En cuanto a Uther, una vez salvada la aldea, se encargaría de asaltar el asentamiento principal de los orcos, y acabar con toda esta molesta raza de una vez por todas. Una vez investigados los campos, y al ver que nada podíamos hacer, viajamos rumbo a Stormwind, que había sido destruida en la Primera Guerra. El capitán nos ordeno ayudar a los albañiles a reconstruir la gran ciudad, ya que era necesario.
Rumores de la caída de Lordaeron llegaron a mis oídos, acerca de los muertos vivientes, raza la cual había surgido de la misteriosa peste. No solo eso, si no que Dalaran y Silvermoon estaban en ruinas. También se rumoreaba acerca de la extinción de los Altos Elfos tras la caída de Silvermoon. Lo que nadie sabía, era quien estaba tras esta invasión. Sin comprobar la chusma, me concentre en reconstruir la ciudad.
Una oscura tarde, un emisario llegó, en ese momento yo hablaba con el Capitán. El emisario le susurró que Uther había muerto y que también lo había hecho el Rey Terenas, Anaestarian Sunstrider y Antonidas. También susurró que nadie sabía que le ocurrió al Príncipe Arthas una ves Lordaeron cayó.
Los rumores habían sido confirmados, Lordaeron, Dalaran y Silvermoon habían caído. Los grandes héroes cuyas hazañas siempre serán recordadas, habían quedado en el olvido. El Capitán tomó el mando del batallón y me ascendió a mí a su cargo. No me sorprendí, ya que estaba rodeado de completos inútiles que solo les importaba seducir mujeres.

Capítulo 3: La sombra de Lordaeron.
Pasaron meses después de las horribles noticias. El líder del batallón, ahora Marcus Finten, ex capitán nos ordenó marchar sigilosamente hasta la ciudad de Dalaran. Al llegar, solo había muerte y caos por doquier, ni siquiera era posible imaginar aquello que estaba viendo. Esqueletos vivos, criaturas que caminaban en cuatro patas, parecidas a un humano, devorando cadáveres. El fuego que cubría la ciudad, era simplemente increíble, la destrucción, la muerte, la sangre derramada… era todo obra de un malvado líder, que solo deseaba la destrucción de la raza humana.
Una semana después, llegamos a la Capital. No estaba tan mal como Dalaran, pero nunca hubiera imaginado así a mi amada ciudad, los edificios destrozados, muertes hacia donde veías y un leve fuego cubría tan solo unas casas. Nos adentramos en la ciudad y la inspeccionamos, solo rescatamos 3 ciudadanos. Uno de ellos, Varian Wrynn, heredero al trono de Azeroth. Inmediatamente lo evacuaron hacia la reconstruida ciudad de Stormwind, donde Bolvar Fordragón estaba a cargo.
Al salir de la capital, los bosques y la ciudad en sí, eran un infierno. Tan solo yo y otro soldado miramos hacia atrás. Era increíble ver en lo que Lordaeron se convirtió tan solo en unos pocos días. Lordaeron era una sombra de lo que había sido antes, una ciudad la cual, era imposible olvidar.

Capítulo 4: La llamada de la Cruzada.
Pocos meses más tarde, descubrí que el que estuvo detrás de tanto caos y destrucción, fue nada más y nada menos que el Príncipe Arthas Menethil, o al menos así le decían… se había convertido en el Rey de los Muertos y ahora le llamaban El Rey Exánime. Solo sobrevivieron 2 Paladínes, Tirion Fordring y Bolvar Fordragón. Con tanto caos en el reino de Lordaeron, la Horda no era tan importante.
Marchábamos hacia Mardenholde Keep, la cual estaba custodiada por Tirion Fordring. Al entrar había guerreros muertos vivientes, repugnantes si así se les puede decir. Nos lanzamos al combate instantáneamente, cayendo muchos de mis guerreros en combate, se podría decir de los 20 que tenía, solo 7 sobrevivieron. Al no poder hacer frente a otro contingente, aligeramos el paso y nos unimos a las míseras fuerzas de Tirion Fordring.
Finalmente llegamos a su campamento, pero los problemas no tardaron. Darion Mograine, ex humano, ahora muerto viviente, hijo del Ashbringer, llevaba la mismísima espada, la Ashbringer, pero corrupta. Tirion dio un sermón digno hacia Darion, diciéndole que los había traicionado a todos, y que su padre asi no lo quizo, le ofreció unirse a el, para poner fin a esta sombra que ahora acechaba el mundo, para matar al Rey Exánime.
Dicho esto, El Rey Exánime apareció en persona en campamento. Nadie podía creer que aquel ser, tan poderoso y caótico, era Arthas. Darion lanzó la Ashbringer hacia Tirion, y la Ashbringer tomo su forma original, la que portaba su padre, y también haciendo de Tirion muy poderoso. Tirion retó a Arthas a una batalla, pero él no aceptó ya que esa tierra estaba limpia, sagrada. El Rey Exánime se retiró y Tirion hizo un pacto con El Alba Argenta y los Paladínes restantes de la Mano de Plata, formándose asi la Cruzada Argenta. Tirion llamó a los más grandes héroes que quisieran hacer frente a Arthas para poner fin a su reinado de terror. No dude en responder tal llamado, y fui reclutado en sus fuerzas.

Capítulo 5: Enfrentando al terror…
Con la reconstruida ciudad de Dalaran, ahora mudada hacia El Bosque Canto de Cristal en Northrend, le fue encomendada la misión de retener a los muertos en la Puerta de Cólera a Bolvar Fordragón, ya que Varian había regresado a su trono, Bolvar era ahora un Alto Señor. Tirion mando unos pocos soldados para ayudar a Bolvar, entre ellos, me encontraba yo. Era imposible saber lo que ocurriría ahí.
Una semana más tarde, inicio el asalto hacia la puerta. Encontrándome yo en la tercera fila, logré matar unos pocos muertos. Pero solo uno me costó mucho, un ser parecido a un gigante de hielo, era muy ágil y fuerte, alto y robusto. De no haber sido por la llegada de Colmillosauro el Joven y sus guerreros de la Horda, no podría haber sobrevivido. Una ves aniquilados todos los muertos, Bolvar llamó a Arthas para que responda por sus pecados. Yo vería al Rey Exánime una vez más.
Las puertas se abrieron ya imagen de Arthas se presentó. Mi corazón se detuvo o al menos eso parecía, temía tener que enfrentarme al mismísimo Rey Exánime y morir en sus manos. Colmillosauro el Joven se lanzo en combate contra Arthas, pero en un solo ataque, cayó muerto. Arthas tomo su alma y lo resucito como un muerto viviente Alto Señor. La derrota y caída de nuestros soldados parecía inminente pero una traición lo cambió todo, el Gran Apotecario Putress, al mando de Sylvanas Windrunner, ahora líder de los renegados que escaparon del dominio del Rey Exánime que también ocuparon Lordaeron, lanzó una plaga que había estado preparando durante mucho tiempo, mientras que Varimathras, Señor del Terror bajo las órdenes de Sylvanas, tomo Entrañas en un golpe de estado.
La plaga liberada parecía desintegrar a quien la tocara. Un soldado de bajo rango, ordenó la retirada, y viendo que las últimas esperanzas se perdían, me lancé en una corrida hacia Bastión Fordragón. Bolvar nunca apareció, luego de que Alextraszta quemara el campo, solo se encontró su escudo. Le tocó a un joven soldado, entregarle el escudo al Rey Varian Wrynn en Stormwind, ya que antaño fueron grandes amigos.
Caí en una gran depresión, si no pudimos derrotar allí al Rey Exánime, era casi imposible derrotarlo en su ciudadela. No fue hasta que, Tirion y todas sus fuerzas avanzaron a través de las puertas de Arthas y las destruyeron. Por extrañas razones, Arthas no se presentó en ninguna de ellas.
Como Capitán, me llego a inmediata orden de acompañar a Tirion en la Ciudadela de la Corona de Hielo, donde se trataría de poner fin a Arthas y a su reinado de maldad.

Capítulo 6: En el Abismo Helado…
Finalmente llegamos a la entrada de la Ciudadela. Alcanza con decir que era increíble aquella edificación con una altura impresionante, incapaz de terminar de ver con la mirada humana. Nos adentramos en la Ciudadela. Mis guerreros estaban tan atemorizados que se casi se escuchaban sus latidos. En la cima de la Ciudadela, me enfrentaría a Arthas. Avanzamos entre los primeros soldados hasta llegar a una criatura con forma desconocida, esta se hacía llamar Lord Tuétano, era poderoso, pero lo derrotamos sin mucha dificultad, subimos y aseguramos terreno, limpiando muertos por donde los veíamos. Luego de esto, nos enfrentamos a seres poderosos como Señora Susurramuerte, Gunship Batalla.
Al llegar a la siguiente puerta, no pudimos creer lo que estaba allí, era Colmillosauro el Joven, resucitado por el Rey Exánime. Antes de avanzar, hablé con un soldado de bajo rango con el cual éramos grandes amigos, me habló de su difunta familia y su hijo muerto. El llanto cubría su rostro, su voz era cada ves menos entendible, tenia una razón por la cual llorar. Pero la causa de la muerte de su hijo y de la desaparición de la familia tenia que ver con Arthas, el estaba allí para vengarlos.
Finalmente Tirion dio la orden de acabar con Colmillosauro. Fue la batalla mas difícil de toda mi vida, los muertos caían a nosotros como la nieve en el invierno, en los grandes campos de Stranhbrad…
La batalla continuó, yo mataba a los muertos cada ves que podía, ya que me tenia que enfrentar con varios a la vez, hasta que sucedió, un guerrero muerto viviente me derribó, con la huida de las fuerzas de Tirion al no poder contener la amenaza, me fue imposible escapar… estaba completamente, rodeado.
Los muertos se detuvieron y formaron en mi alrededor un circulo. Colmillosauro se presentó frente a mí. Mi corazón temblaba como nunca, la escarcha del Trono se hacía sentir en ese lugar, era un infierno, congelado…
Me lancé al combate como un suicida, aguante mucho tiempo rechazando los ataques de Colmillosauro, hasta que traspasó mis defensas… comencé a sentir un leve dolor en mi estomago, un leve dolor que a cada segundo se hacía más fuerte. Caí agonizante en el suelo, derramando sangre por mi estómago. Colmillosauro me observaba, como si me reconociera de aquella batalla en la Puerta de Cólera. Mi visión se hacía cada vez mas borrosa, sabía que no duraría mucho más, con mi último esfuerzo, me paré, y muy adolorido lancé mi último ataque hacia el orco caído. Antes de atacarlo, me atravesó nuevamente, el dolor ya era insoportable, no me quedaba mucho, ya casi estaba… ciego.

Capítulo 7: El renacer de Troy.
Los muertos que me rodeaban se dispersaron, esperando la ofensiva de Tirion. De un momento a otro, aparecí en la Ciudadela, vivo. Tenía un poder que ni yo comprendía, estaba junto a muchos guerreros con un aspecto extraño, entre ellos estaba mi amigo, Nantier Mits, que también tenía ese extraño aspecto.
Finalmente me acerqué hacia él, preguntándole de este extraño lugar, el me miro fijamente a los ojos, su rostro, pálido y a la vez espeluznante me sorprendió. Me contestó con una vos espectral que habíamos sido resucitados como… Caballeros de la Muerte.
Llegó la inevitable muerte de Arthas y todos nosotros fuimos liberados de su control, éramos libres de seguir nuestro camino. Nantier desapareció al poco tiempo de la muerte de Arthas.
En cuanto a mí, estoy aquí, en las ruinas de Stranhbrad, conmemorando mi historia, recordando las eras pasadas donde todo era diversión, aquellas épocas donde el miedo no reinaba, si no que éramos libres de vagar por el mundo, aquellas épocas donde… todo era diferente.

La policía sabía que asuntos internos le tendía una trampa?

[Elexclavizador]

the grones trone yairo? ya la encontre yo

ni la lei a la historia de tron y arthas,o algo asi,solo lei esos nombres y dije naaahh.

aca pongo la de the grones throne

http://foros.gxzone.com/149142-histo...es_throne.html

[Herraleman]

La policía sabía que asuntos internos le tendía una trampa?

De que esta hablando, no hay nada de eso en este post.