La doble vida del futuro

Lendrogh · 26/06/2006, 03:05

En París, una muestra de fotos da cuenta de identidades on lineLONDRES (International Herald Tribune).– Un hombre recorre pesadamente las autopistas interestatales de Estados Unidos cada día, repartiendo oro para el Sistema de Reserva Federal de ese país en un camión blindado y repleto. Cada noche, con el camión detenido, prende su laptop, se anota en la modalidad ciencia-ficción y pilotea una nave espacial por el universo virtual.

La realidad alternativa de un danés es más mundana. Su avatar electrónico vive en una casa virtual con una mujer on line, el otro yo de una mujer de California. En el mundo real, los dos sólo se han encontrado por teléfono.

Ellos y otras personalidades on line son presentados en el trabajo de un fotógrafo británico, Robbie Cooper, que ha tomado fotos de docenas de ávidos entusiastas de los videogames, que ubicó al lado de versiones de sus encarnaciones digitales. Sus fotos, algunas de las cuales están en una exposición de retratos en París, son un esfuerzo por documentar la explosión de los videojuegos, particularmente el número creciente de gente que se sumerge en surreales mundos on line con historias prefabricadas.

El trabajo de Copper también tiene que ver con un inusual esfuerzo de relaciones públicas de la industria de los videojuegos, que ha recibido últimamente especial atención por los supuestos efectos negativos de los videojuegos en la salud, incluyendo violencia y posible adicción. Su trabajo está auspiciado por Electronic Arts. La editora líder de videojuegos está tratando de presentar un rasgo humano para contrarrestar la publicidad negativa.

"El gran análisis que se desprende de su trabajo no es que los juegos sean buenos o malos, o esto o aquello, sino que son una gran parte de la vida de la gente en todo el mundo", explica Tiffany Steckler, vocera de Electronic Arts.

Las fotos de Cooper muestran 100 jugadores –hombres y mujeres, viejos y jóvenes– de docenas de países. Muchos de ellos están involucrados en lo que la industria llama juegos de rol on line masivos para varios jugadores, una categoría que los analistas dicen que ha atraído como mínimo 13 millones de participantes en todo el planeta.

Cooper, él mismo un jugador, encuentra su inspiración en foros on line, y después viaja a hacer sus retratos. Captura la imagen de los personajes de los videojuegos, después sube la resolución y ajusta las imágenes para hacerlas proporcionales a los retratos del mundo real.

La idea de Cooper surgió hace unos años, cuando habló con un hombre divorciado que decía que seguía en contacto con sus hijos indirectamente, vía un videogame que proporcionaba mundos virtuales.

"Acá está esta gran subcultura, pero es bastante difícil de documentar –dice Cooper–. Si uno sólo saca una foto de alguien en un teclado, no se muestra realmente qué está pasando."

Hace cerca de un año y medio Electronic Arts entró en contacto para auspiciarlo, y sus fotos han sido exhibidas en Londres, Amsterdam, Estocolmo y Berlín, además de la galería Paule Friedland & Alexandre Rivault, en París, donde esperan hasta el 15 de julio.

La muestra se exhibe en un momento de gran atención sobre los aspectos antisociales del juego, que algunos críticos dicen que se ha exacerbado debido a la formación de comunidades de juego on line. En Amsterdam, este mes va a abrirse una clínica para tratar adictos al videojuego. Y seguirá otra en Corea del Sur, donde los juegos on line son un gran fenómeno.

Mientras el trabajo de Cooper está auspiciado por Electronic Arts, él insiste que su objetivo no fue emitir ninguna opinión sobre estos juegos, sino documentar un fenómeno cultural: "Igual que cualquier nueva forma de arte –desde el rock’n’roll hasta lo que fuera–, al principio siempre surge algún debate".

Eric Pfanner

Fuente: LA NACION