Autoridades españolas descubrieron que lo que parecía ser un gordo era en realidad un flaco traficando drogas.


Increíblemente cuando los oficiales del aeropuerto de El Prat de Llobregat, en Barcelona, obligaron al contrabandista a quitarse la ropa descubrieron seis kilos de cocaína. Debajo de sus pantalones el hombre llevaba unos shorts de neoprene con más 160 pequeños bolsillos para llevar tubitos de la sustancia.

El personal anti-drogas del aeropuerto notó que el hombre tenía el trasero y las piernas muy gordas para la contextura de su torso, así que lo observaron con atención. "Cuando se sentó, parecía que se sentaba sobre cáscaras de huevo. Y sus piernas y sus glúteos parecían los de un levantador de pesas".