Un mapa de la inseguridad con datos poco seguros

La inseguridad fue el tema de la campaña de Francisco de Narváez y su principal propuesta para combatirla fue un mapa del delito. Hace más de un año que ese sistema funciona, pero es imposible sacar conclusiones útiles de sus resultados.

Jorge D’Onofrio, titular de la Comisión de Seguridad del Senado bonaerense, duda que el Mapa de la Inseguridad que impulsó Francisco de Narváez durante su campaña aporte demasiado a la resolución de los problemas de delito que tiene la provincia de Buenos Aires. D’Onofrio acaba de romper con De Narváez justamente porque “el trabajo que se hace no es serio y en las siete reuniones que tuvimos los legisladores bonaerenses con él nunca discutimos medidas reales contra la inseguridad”. En plena campaña electoral, en diciembre de 2008, Francisco de Narváez presentó con mucho ruido el Mapa de la Inseguridad online. El objetivo, según lo señalado por el candidato, era “que ante la censura ejercida por el Gobierno sobre los datos oficiales, podamos empezar a construir una estadística de la gente y así sepamos qué delitos nos están sucediendo, esto obligará a las autoridades a no hacerse los distraídos y nos ayudará a nosotros a cuidarnos todavía un poco más”.

El mapa parece no tener ningún efecto en materia de seguridad, a tal punto que nadie les presta atención a las denuncias. Por ejemplo, numerosas personas –seguramente con identidades falsas– aparecen haciendo denuncias truchas de robos y hasta violaciones en los alrededores de la propia casa de Francisco de Narváez, en el Barrio Parque de la Capital Federal, y también en las cuadras que rodean la vivienda de Mauricio Macri.

- Alguien, que no dice su nombre, denuncia en la calle Liniers de Tigre, que “leí en el diario que mataron a un joven de 18 años acá en Tigre”.

- El 14 de junio de este año, una mujer denuncia: “Me encontraba circulando positivamente (sic) por los pasillos del Palacio Municipal de La Plata cuando una señorita de mal aspecto me robó los anteojos de sol”.

- “dos negros en moto me robaron la cartera”. Todo se mezcla con todo, lo que impide hacer análisis serios y sacar conclusiones.

- Parece haber alguna cargada o crítica encubierta, cuando un “ciudadano argentino” denuncia en Capital Federal, cerquita del domicilio de De Narváez, que “en este lugar roban y violan los intereses que alguna vez le confiamos a este grupo de personas. Ahora no importa de qué bando son, el grupo hace lo que quiere. Aparte el grupo se pelea por intereses personales, a ver quién roba más”. En realidad, ni siquiera está claro de qué grupo se trata.

- En Almagro se denunció que “a mi abuelita Elba, ayer por la tarde, le robaron su abanico que era del siglo XIX. Encima el chorro con la remera de Boca puesta, cuando se daba a la fuga, por el calor que hacía, se iba apantallando su cara”. Tampoco queda claro si es una cargada o un hecho real.

- “Al llegar a la caja del supermercado (pone el nombre de la cadena) pretendieron cobrarme 38 pesos un pollo. Un robo. Estos empresarios tienen que ser controlados.”





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