Gabriel Batistuta, el máximo goleador de la historia del seleccionado, visitó al plantel argentino: contratado por la TV, se hizo un tiempo y les dio palabras de aliento a Ayala y a Crespo, su eterno competidor



HERZOGENAURACH.- Se trató de una sorpresa, ya que el único que estaba enterado de la visita era Ubaldo Fillol, que se reservó el dato. Por eso no fue menor el asombro en la concentración del seleccionado cuando a las 14 de ayer vieron ingresar a Gabriel Batistuta. El máximo goleador en la historia del conjunto nacional (56 tantos) recorrió los 214 kilómetros en automóvil desde Munich, donde está contratado por la cadena mexicana Televisa para realizar cinco programas sobre el Mundial con Carlos Bianchi y el alemán Bernd Schuster.

El motivo de su visita fue muy sencillo: pasar a saludar, dar una voz de aliento y estímulo, compartir un rato con viejos compañeros, si bien del último Mundial sólo le quedan cuatro en este plantel: Roberto Ayala, Juan Pablo Sorin, Hernán Crespo y Pablo Aimar. Batistuta sabe muy bien de qué se trata un Mundial. Jugó los últimos tres. Conoce de qué manera conviven la ansiedad con las ilusiones, los nervios con las expectativas. Su experiencia y la imagen positiva que forjó en su carrera adquirieron un simbolismo importante para este plantel joven.

Batistuta compartió dos horas y media con la delegación argentina. Cuando llegó, algunos jugadores estaban viendo por televisión el partido de Roland Garros entre Nadal y Djokovic; otros dormían la siesta después del almuerzo. Comió el plato con fideos con que lo invitaron, pero tenía muchas más ganas de tomar mate. Y así se armó la rueda en la utilería, con jugadores que se iban sumando a medida que se enteraban de la llegada del ilustre visitante.

Por una cuestión generacional, de conocimiento y de confianza, su mejor interlocutor fue Ayala, figura autorizada para permitirse una chanza que provocó carcajadas cuando vio que se acercaba Crespo: "Quedate tranquilo Hernán, que ya está cerrada la lista del Mundial". Nadie mejor que el zaguero central, por haber sido testigo directo, para hacer una alusión a la disputa deportiva que Batistuta y Crespo mantuvieron durante seis años por la titularidad en el centro del ataque, lugar que fue para el cañonero de Reconquista en los últimos dos mundiales. Esa camiseta N° 9 ahora le corresponde al muchacho de Florida -en 1998 y 2002 utilizó la 19-, que está a 48 horas de jugar su primer partido desde el comienzo en un Mundial.

Por el recambio generacional que se dio en el seleccionado, Batistuta no conocía a Lionel Scaloni. Lo sorprendió la extraversión del jugador de West Ham, que habitualmente lleva la delantera en todo lo que sea animar al grupo con sus ocurrencias y bromas. José Pekerman, que estaba observando unos videos, dejó por unos minutos el trabajo para saludar al ex futbolista que en los últimos meses se radicó en Australia junto con su familia. Había algunos jugadores que ya estaban durmiendo la siesta. Sorin se levantó y pronto surgieron anécdotas y recuerdos. "Me voy sin ver a Piola Vago", dijo Batistuta sobre Carlos Tevez, admirador y sostén del grupo musical de cumbia. No hubo quien despertara a Tevez.

Batistuta pasó un muy buen rato y se llevó una impresión muy favorable del plantel. Corroboró lo que venía escuchando sobre la unión del grupo y el buen clima de convivencia. Dejó palabras de aliento y buenos deseos. Se retiró por una salida trasera del predio, ya que adelante lo estaban esperando las cámaras y los micrófonos y él tiene exclusividad con Televisa. Por la aceptación que tuvo entre los jugadores, prometió volver dentro de diez días. Ahora el ex gran goleador hace fuerza desde afuera.

* Markic, otro saludo para el grupo nacional
A la concentración argentina también llegó otro mensaje de aliento: Diego Markic, ex jugador de los seleccionados juveniles, que se retiró del fútbol el año último, con la camiseta de Quilmes; llamó al profesor Gerardo Salorio para transmitirle su apoyo a todo el grupo.



Marzo de 1999, otros tiempos en el seleccionado: en una práctica sonríen Batistuta y Crespo, que pocas veces jugaron juntos. En general, el hombre de Reconquista relegó al delantero que hoy es el N°9


Fuente: La Nación



Bati bati gol!!!, eaa me acuerdo cuando gritaba eso