LA INMORTALIDAD DE LAS PLANTAS


>> [...] ¿las plantas viven eternamente si se las cuida correctamente?

La verdad es que no sé de dónde salió la pregunta, la oración o la idea. No puedo informarles que la robé de tal o cual lugar, que se me ocurrió mientras me daba una ducha, o si —simplemente— apareció porque al momento de terminar de escribir miré mi jardín y el verde me afectó. La cuestión es que ahí estaba; teniendo nada que ver con lo demás. Una grata sorpresa —deberé decir con algo de orgullo no deseado tanto por el hallazgo como por la pieza misma.

Me lo preguntaré nuevamente: ¿las plantas viven eternamente si se las cuida correctamente?

Preguntarse varias veces ayuda. Incluso puedo darme cuenta —ahora— que hubiera quedado menos cacofónico escribir "¿las plantas viven eternamente si se las cuida de forma correcta?" o "¿las plantas viven por siempre si se las cuida correctamente?", y demás variantes.

Preguntarlo de distintas formas me ayudó a recordar —o a inventar con cierta urgencia un par de recuerdos útiles— a qué venía todo esto.

Tengo el presentimiento de que la pregunta venía a colación de la definición por excelencia del concepto Ser Vivo. Creo haber escuchado algunas variantes con respecto a los pasos intermedios, pero estoy seguro de que Nacer y Morir son requerimientos excluyentes.

El nacimiento de las plantas no esconde muchos misterios (al menos no más de los que esconde la creación de la vida en general); pero la muerte es ya un tema más complicado (cuando de vegetales se habla). Los árboles, plantas o arbustos se secan, se desploman, son atacados por plagas o por otras plantas, hongos o enredaderas parásitas. Pero también conocemos árboles centenarios, milenarios. Árboles a los que el destino les ha dado la suerte de evitarle los obstáculos conocidos [o les ha ayudado a saltearlos]. Entonces, yo me pregunto: ¿un árbol vive para iempre si es cuidado correctamente?

—¡Ah...! Qué placer. Poder re-decir una pregunta, ahora con la misma sinceridad de quien la dice por primera vez.


Esto puede considerarse paradójico (creo), que la muerte sea condición requerida para definir a un ser vivo. Es decir: no se puede saber con seguridad si un objeto/ente es un ser vivo, hasta que no se pueda observar su muerte —justamente cuando deja de estarlo (lo = vivo).
Si sólo se puede probar la vida una vez que deja de serlo, entonces mejor recordemos que nunca se debe decir N está vivo, sino N estuvo vivo. Quizás sea uno de los tantos guiños de la naturaleza (sólo que nuestra naturaleza es la ciencia), que nos dice la famosa y ultra-recauchutada frase "No se sabe lo que se tiene hasta que se lo pierde".



PARTE 2

Siguiendo esta extraña línea de pensamiento —más divertida que verdadera, si se me permite aclarar—, los pasos a seguir para determinar que cierto perro es un ser vivo serían sentarse junto a la perra madre que lo esté pariendo e ir tildando los siguientes ítems en una lista:

1) Nace__ ___ _[ x ]
2) Crece__ ___ _[ x ]
3) Se alimenta__ _[ x ]
4) Se reproduce__ _[ x ]
5) Muere__ ___ _[__ ]

Al momento en que el pobre perro cae aparentemente muerto sobre la tierra, las baldosas, o lo que sea que tuviera por suelo, al tildar el último ítem ["muere"], entonces se verá la lista completa y el pobre animal se habrá declarado oficialmente vivo; sin embargo, ya no lo está, por lo que si el lector fue atento podrá corregirme, y decir que el perro se habrá declarado oficialmente "anteriormente vivo".
Desde ya, afirmar que todos los perros están vivos, basándonos sólo en este caso sería algo parecido a un error (si no uno). Las leyes de inducción lógica y científica nos permiten generar una ley general a partir de varios casos, pero deben ser varios, en diferentes condiciones, y será declarada "temporariamente" verdadera hasta tanto no aparezca un caso que la refute (tomo el método lógico-científico porque, como dije, la naturaleza es ciencia para nosotros, y la ciencia es inducción, mal que nos pese).
Habría que tener en cuenta, también, cuáles otros pueden considerarse

Perro. Para eso habrá que elaborar una lista de características bien precisas de lo que sí es un perro, que no deje lugar a otro tipo de "cosa" que pueda confundirse, ni que excluya a miembros de la familia.

e.g.
>> 4 patas: no servirá, porque: 1) los gatos también entran en ese grupo; 2) existen perros con menos de 4 patas que quedarían afuera de la definición.

Sin embargo, una definición jamás es falsa, porque tiene el valor de quien genera la verdad. Igual que las palabras, una definición describe y normaliza, pero sobre todo lo último [no ahondaré en el tema, pero si se puede deducir del índice del libro de cabecera de la cátedra de Filosofía Marta López Gil, entonces hablamos del vox populi de la filosofía].

e.g.
>> para nuestra realidad, un perro de tres patas sigue siendo un perro. Pero si la definición de perro tuviera como características obvias la cantidad de patas (4), entonces un bicho con 3 patas seguiría siendo sólo un bicho.

—Para mi gusto, este tipo de razonamientos tiene facilidad para generar cuestiones de recurrencia lógica bastante divertidos e insoportables. Estoy seguro que tiene que ver con que sigo las reglas del sistema a medias.

Terminaré ya con el tema de los perros y los no perros para volver al tema de la vida. No puedo evitar caer en una segunda paradoja que se desprende de la primera. Al parecer, un objeto recién puede declararse "anteriormente vivo" una vez comprobado que muere;










Siento si esto no va aca.