John sonrió a Ptolomeo. Tal vez fuese algo raro y excéntrico, pero ese muchacho no era ningún tonto.
Muy a su pesar comenzó a caminar detrás de "Alistair Blackpool", si es que ese era su verdadero nombre. Tomo el cigarrillo entre sus dedos y comenzó a hacerlo girar entre si, a una velocidad increíble. Luego, como si se diera cuenta de lo que estaba haciendo, se detuvo y observó el cigarro: estaba apagado y se le habían volado las cenizas