Una de las cosas más curiosas de la rendición de cuentas de la campaña de Cristina Fernández de Kirchner es que en el listado de donantes figuran varios personajes con perfiles similares al que tenía Sebastián Forza antes de que su ejecución despertara sospechas sobre la verdadera naturaleza de su negocio con medicamentos. En una investigación publicada por Crítica de la Argentina el 8 de marzo sobresalía un número significativo de accionistas de una sociedad poco conocida, con algunos negocios con el Estado, muy pocos ingresos declarados en la AFIP, unos cuantos cheques rechazados y ninguna militancia reconocida, pero una notable generosidad para donar dinero.

Entre los aportantes a la campaña del Frente para la Victoria de 2007, aquella nota destacaba a uno de los máximos donantes a nivel individual (con 310 mil pesos), llamado Carlos Horacio Torres. Con más de dos millones en cheques rechazados y una inscripción como monotributista, Torres se dedica a la venta de medicamentos oncológicos y supo ser proveedor del PAMI. A partir del asesinato de Forza, cuya empresa también figura en el listado de donantes a la campaña de la Presidenta con 200 mil pesos, surgieron pistas sobre la relación entre uno y otro. Según parece, tenían negocios en común en un sector, el de los negocios con los medicamentos, ligado al trabajo de Héctor Capaccioli, el superintendente de Seguros de Salud, que ha sido uno de los encargados de juntar fondos para el kirchnerismo por su estrecha relación con el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

fuente | Crítica Digital