Recién me lo cruce y lo lei de vuelta, no se si lo habían posteado.

Como siempre aca les gusta hablar de esto lo pongo por si alguno no lo leyo y le interesa ver el punto de vista de esta mujer.

DE MADRE A MADRE:

Vi tu enérgica protesta delante de las cámaras de TV en la manifestación de ayer en favor de la reagrupación de presos y su transferencia a cárceles cercanas a sus familiares.

Vi cómo te quejabas de la distancia que te separa de tu hijo y de lo que supone económicamente para vos ir a visitarlo como consecuencia de esa distancia.

Vi también toda la cobertura mediática que dedicaron a dicha manifestación, así como el soporte que tuviste de otras madres en la misma situación y de otras personas que querían ser solidarias contigo y que contabas con el apoyo de nuestra reina presidenta y su demente esposo, comisiones pastorales, órganos y entidades en defensa de los derechos humanos, ONGs, etc. etc.

Yo también soy madre y puedo comprender tu protesta e indignación.

Enorme es la distancia que me separa de mi hijo.

Trabajando y ganando poco, idénticas son las dificultades y los gastos que tengo para visitarlo. Con mucho sacrificio solo puedo visitarlo los domingos porque trabajo incluso los sábados, para el sustento y la educación del resto de la familia.

Felizmente también cuento con el apoyo de amigos, familia, etc.

Por si aún no lo sabes, yo soy la madre de aquel joven que murió cuando se dirigía al trabajo, con cuyo salario me ayudaba a criar y mandar a la escuela a sus hermanos menores y que fue asaltado y herido mortalmente de un tiro que realizó tu hijo. En la próxima visita, cuando tu estés besando y acariciando a tu hijo yo estaré visitando al mío y depositándole unas flores en su tumba.

¡Ah! Se me olvidaba: ganando poco y sosteniendo la economía de mi casa, a través de los impuestos que pago, tu hijo seguirá durmiendo en un cómodo colchón y comiendo comida caliente todos los días.

Otra cosa, querida: ni al cementerio, ni a mi casa, nunca vino ningún representante de esas entidades que tan solidarias son con vos, para darme apoyo, ni dedicarme unas palabras de aliento y ni siquiera para decirme cuales son MIS DERECHOS.

¡Si estás de acuerdo con esta carta, hazla circular! Quién sabe: entre todos podamos revertir esta inversión de valores que existe en nuestra Argentina, donde los delincuentes tienen más derechos que los ciudadanos normales que sólo queremos vivir en paz.

¡LOS DERECHOS HUMANOS SON PARA HUMANOS DERECHOS!

Julia E. Fabiano