La apostasía es un trámite sencillo en teoría, pero que a veces puede complicarse por la acción o inacción de quienes deben simplificar el papelerío. Quien decide des-bautizarse envía una carta de solicitud dirigida al Arzobispo de la diócesis que corresponda, según el lugar en el que haya sido bautizado.
Allí explica las razones de su "divorcio" con la Iglesia.
Conviene que sea una carta certificada, con aviso de retorno, para, en caso de retrasos, probar que el envío fue realizado.
En el sobre deben incluirse fotocopia de DNI y, si se tiene, del acta bautismal, para simplificar la tarea de búsqueda. A partir de ese momento, resta esperar el comunicado de la Iglesia oficializando la apostasía. La prueba, una leyenda al margen del libro de bautismos.