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Un buque naval surcoreano con más de 100 tripulantes a bordo se ha hundido cerca de Corea del Norte, en un incidente que, según sospecha Seúl, fue debido a un ataque de torpedo por parte de su vecino.
El barco comenzó a hundirse cerca de la isla de Baengnyeong, aunque antes disparó contra otro buque no identificado en el Norte, según informaciones no confirmadas oficialmente de la BBC.
El buque surcoreano alega que el norcoreano cruzó la disputada frontera marítima en el Mar Amarillo, escenario de batallas en 1999 y 2002, y de un tiroteo en noviembre que dejó un patrullero norcoreano incendiado y acabó con la vida de una persona.
En las últimas semanas Pyongyang ha amenazado con reforzar sus defensas en respuesta a ejercicios militares conjuntos realizados este mes por Corea del Sur y Estados Unidos.
Horas antes, incluso, el régimen norcoreano advirtió de que llevará a cabo un "ataque nuclear sin precedentes" contra cualquiera que intente derrocar el régimen comunista de Kim Jong-il, según informó la agencia oficial norcoreana KCNA, citada por la surcoreana Yonhap.
La amenaza se produjo después de que la prensa surcoreana informara la semana pasada de que expertos en seguridad nacional de Corea del Sur, China y Japón se reunirán en abril en Pekín para discutir posibles respuestas ante un posible colapso del régimen norcoreano.
Un portavoz del Ejército norcoreano calificó de "sueño inalcanzable de un lunático" el hecho de esperar una situación de emergencia en su país que provoque la caída del régimen de Kim Jong-il y aseguró que cualquiera que intente derrocarlo será víctima de un "ataque nuclear sin precedentes de un Ejército invencible".
Corea del Sur y EEUU no tienen intenciones de mejorar sus relaciones con Corea del Norte y sólo se dedican a elaborar un plan para acabar con el régimen de Pyongyang, añadió el portavoz.
Las amenazas norcoreanas se produjeron poco después de que el general Walter Sharp, responsable de los 28.5000 soldados estadounidenses desplegados en Corea del Sur, destacara hace una semana la posible inestabilidad en Corea del Norte.
Según medios surcoreanos, el año pasado Corea del Sur y EEUU elaboraron un plan de acción conjunta para afrontar un eventual colapso del régimen en Corea del Norte, posibilidad que aumentó después de que se informara de que Kim Jong-il había sufrido un derrame en agosto de 2008.
El país comunista atraviesa una importante crisis económica debido a las sanciones internacionales impuestas por el lanzamiento de un cohete de largo alcance y la prueba nuclear del pasado año.
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SEUL (AFP) - Corea del Sur responderá militarmente en forma inmediata en el caso de una nueva agresión de Corea del Norte, que tendrá que "pagar un precio" por el hundimiento de la corbeta surcoreana "Cheonan" en marzo, dijo el lunes en un duro discurso el presidente surcoreano, Lee Myung-Bak.
"Si nuestras aguas territoriales, nuestro espacio aéreo o nuestro suelo son violados, utilizaremos inmediatamente nuestro derecho a la autodefensa", advirtió Lee Myung-Bak, en un discurso transmitido por la televisión.
Corea del Sur pedirá nuevas sanciones de la ONU contra Corea del Norte y decidió suspender el intercambio comercial entre ambos países, agregó Lee Myung-Bak.
"De ahora en más, Corea del Sur no tolerará ningún acto de provocación del Norte y mantendrá el principio de disuasión", insistió el presidente surcoreano.
En Washington, el presidente estadounidense, Barack Obama, aportó en la noche del domingo su apoyo total a Corea del Sur, ordenando al ejército de Estados Unidos que trabaje estrechamente con los militares surcoreanos para "disuadir una nueva agresión" de Corea del Norte.
El viernes pasado, una comisión investigadora internacional concluyó que la corbeta "Cheonan", hundida el 26 de marzo pasado frente a la isla de Baengnyeong, había sido víctima de un torpedo disparado por un submarino norcoreano.
Corea del Norte, por su lado, acusó a Seúl de haber "fabricado" pruebas y afirmó que los dos países estaban "cerca de la guerra".
El gobierno norcoreano desmintió cualquier responsabilidad en lo que constituye uno de los peores ataques contra Corea del Sur desde 1987, cuando un atentado contra un avión surcoreano provocó la muerte de 115 personas.
El lunes, Lee anunció la suspensión de todos los intercambios comerciales con Corea del Norte, aunque mantendrá la ayuda humanitaria para los niños.
Lee anunció también el cierre de los corredores de navegación del Sur a la marina mercante de Corea del Norte.
El presidente surcoreano insistió en decir que no se iban a tolerar más provocaciones.
"Las cosas cambiaron. Corea del Norte va a pagar un precio a la altura de sus provocaciones", dijo Lee.
El ministro surcoreano de Defensa, Kim Tae-Young, anunció que las marinas de Corea del Sur y de Estados Unidos realizarán a breve plazo maniobras militares frente a la costa occidental de la península.
Estados Unidos y otras potencias occidentales condenaron el ataque surcoreano.
En cambio, China recibió con frialdad las conclusiones de la comisión investigadora internacional, limitándose a pedirle "cautela" a las partes.
El lunes, en Pekín, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, declaró que Estados Unidos "trabajaba duro para evitar una escalada" en la península coreana.
"Los norcoreanos crearon una situación extremadamente precaria en la región, una situación que cada país vecino inmediato o cercano de Corea del Norte comprende que debe ser circunscripta", agregó Clinton, que el miércoles viaja a Seúl.
En los próximos meses, habrá una fuerte tensión entre las dos Coreas, pero un conflicto mayor parece poco probable, estimaron el lunes analistas en Seúl.
"Un conflicto militar limitado es posible, pero las dos Coreas tendrán que actuar con cautela en la medida en que las grandes potencias de la región no las dejarán ir muy lejos", estimó Yang Moo-Jin, investigador de la Universidad de Seúl.