Prisión perpetua para Menéndez
El ex comandante Luciano Menéndez, de 81 años, fue condenado este jueves a prisión perpetua por la justicia argentina por crímenes cometidos en “La Perla”, uno de los tres mayores campos clandestinos de detención de la última dictadura (1976/83). El tribunal de la provincia de Córdoba (centro) dispuso asimismo que el ex general debe cumplir su condena en una unidad carcelaria y no en su domicilio, tal como lo hacía hasta ahora por ser mayor de 70 años.
La condena de Menéndez, alias “La Hiena de La Perla” , fue saludada con vítores y lágrimas por centenares de manifestantes que aguardaban en las puertas del tribunal, portando los restratos de decenas de detenidos desaparecidos en el centro de detención ilegal.
Minutos antes de la lectura de la sentencia, Menéndez había reivindicado el terrorismo de Estado en uno de los tres mayores campos de exterminio de prisioneros en la dictadura (1976/83).
Menéndez, alias “Cachorro” o “La Hiena de La Perla”, esperaba la sentencia junto a otros siete uniformados, en una causa por homicidios, privación ilegítima de la libertad y tormentos de cuatro personas en la provincia de Córdoba (centro) en 1977.
“Somos el primer país del mundo que juzga a sus soldados victoriosos que lucharon y vencieron por orden de y para sus compatriotas. Fue una guerra para salvar al país del comunismo”, desafió Menéndez, en su última intervención ante el Tribunal Oral Federal de Córdoba.
Sus palabras desataron la indignación de sobrevivientes, hijos de desaparecidos, madres de Plaza de Mayo, militantes de izquierda y de organizaciones de derechos humanos, que colmaron la sala de audiencias o esperaban fuera del tribunal.
Durante la dictadura desaparecieron unas 30.000 personas, según organismos de derechos humanos.
Menéndez y los otros siete acusados fueron juzgados por el secuestro, tortura y muerte de cuatro jóvenes militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) , en noviembre de 1977.
Se trata de Humberto Brandalisis, Carlos Lajas, Raúl Cardozo e Ilda Flora Palacios, que estuvieron prisioneros en La Perla, el tercer mayor centro clandestino del país, donde fueron torturados y desaparecidos al menos 2.500 opositores.
El ex jerarca de la dictadura escuchó durante dos meses de audiencias a familiares y sobrevivientes que dieron sólidos y duros testimonios de los crímenes cometidos en el campo clandestino de detención, ubicado en la provincia de Córdoba (centro) , bajo su jurisdicción.
Entre los testimonios, un ex gendarme que operaba en La Perla, contó cómo una joven prisionera embarazada tuvo que cavar su fosa antes de ser fusilada.
La querella y la fiscalía reclamaron prisión perpetua para quien fue entre 1975 y 1979 jefe del Tercer Cuerpo de ejército, con jurisdicción en decenas de provincias del centro y noroeste del país, donde recrudeció el terrorismo de Estado.
Organismos humanitarios reclamaron que cumpla la condena en una cárcel común y no en arresto domiciliario, beneficio del que gozan los mayores de 70 años.
La ferocidad de Menéndez quedó inmortalizada en 1984, ya en democracia, por un reportero gráfico que lo retrató en posición de combate, con ropa de calle y empuñando un cuchillo de paracaidista, a punto de agredir a manifestantes en las puertas de un canal de televisión.
Menéndez había sido encausado en 1988 por 47 casos de homicidio, 76 de tormentos, cuatro de ellos seguidos de muerte y cuatro sustracciones de menores, pero fue beneficiado en 1990 por un indulto del ex presidente Carlos Menem (1989-99) .
Además, fue imputado en 1994 por la justicia de Roma por la desaparición de ciudadanos italianos en Argentina y acusado de genocidio por la justicia española.
También fue investigado por su participación en el Plan Cóndor de coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur.
Además de Menéndez, estuvieron en el banquillo el coronel Hermes Rodríguez (75 años) y el suboficial principal Carlos Vega (79 años), el capitán Jorge Acosta (62 años) , el suboficial principal Luis Manzanelli (69 años) y el suboficial mayor Carlos Díaz (61 años) , el suboficial mayor Oreste Padován y el agente civil de inteligencia Ricardo Lardone.
AFP