POLÉMICA HOMILÍA DEL OBISPO DE SANTO TOMÉ
"La homosexualidad se puede tratar y curar"
Monseñor Hugo Santiago, miembro del Opus Dei, lo afirmó ante miles de fieles durante una misa celebrada en Paso de los Libres. Opina: Fernando Peña.
“La homosexualidad es una enfermedad que se puede tratar y curar con médicos, psicólogos y sacerdotes”, predicó el obispo de Santo Tomé, Hugo Santiago, en medio de una misa multitudinaria celebrada en Paso de los Libres por el cierre de las fiestas patronales de San José. También dijo que a través de la educación sexual en las escuelas “se pretende enseñar que es algo natural de libre elección”. Y para que no quedaran dudas sobre la homilía, los textuales fueron reproducidos por el parte oficial de la Municipalidad de aquella ciudad fronteriza.
Al parecer, el cura que se llama igual que el director de cine argentino de culto que dirigió Invasión (con guión de Borges) y es miembro del Opus Dei –casualmente como su par de Puerto Iguazú, Marcelo Martorell, quien reemplazó a Joaquín Piña– no está al tanto de que la Asociación Americana de Psiquiatría decidió eliminar la homosexualidad del manual de trastornos mentales en 1973 y que, ante la insistencia de algunos sectores reaccionarios, en 2002 dejó asentado que “no hay evidencia científica que apoye la eficacia de la terapia ‘reparativa’ para alterar la condición sexual, por lo que no está incluida como tratamiento psiquiátrico”. Lo mismo hizo la OMS en 1990, al quitarla del listado de enfermedades mentales.
Sin embargo, el obispo insistió no sólo en este tema si no en la inconveniencia de dictar educación sexual en las escuelas. “La sociedad promueve la profilaxis en las escuelas y se podría hacer eso con nuestros adolescentes, evitando que tengan un hijo no deseado o que contraigan el sida, pero como padres y educadores estaremos fracasando en una verdadera educación para el amor al permitir que prevalezca la sensualidad porque se estará sometiendo a nuestros jóvenes al hábito de relaciones superficiales y efímeras, cuyo fruto no podrá ser otro que el de matrimonios separados e hijos huérfanos. Desde el pecado original, el amor de pareja necesita ser sanado por Cristo para que pueda ser estable y verdadero”, opinó durante la homilía.