Para evitar que los reclamos por el embargo a Cuba acaparen la atención de los mandatarios en la V Cumbre de las Américas que empezará el viernes en Trinidad y Tobago, Barack Obama ordenó el levantamiento de las restricciones a los viajes y envíos de remesas a la isla. El decreto del presidente norteamericano también anula las limitaciones impuestas en 2004 por su predecesor, George W. Bush, al autorizar a los cubanoamericanos residentes en Estados Unidos a enviar equipos de telefonía celular, y pagar por su servicio, así como también ropa, elementos de higiene personal y equipamiento de pesca a sus familiares en la isla.
En una conferencia de prensa realizada por primera vez en inglés y español, el vocero de Obama, Robert Gibbs, confirmó que la iniciativa contempla la posibilidad de restablecer los vuelos directos entre el continente y la isla, e incluye medidas para facilitar las telecomunicaciones entre ambos países. Además de permitir el pago desde Estados Unidos de los servicios de telefonía celular de residentes cubanos, la administración demócrata “tomará los pasos necesarios” para que las empresas norteamericanas amplíen sus redes satelitales y de fibra óptica y puedan operar como proveedores de las compañías cubanas.
El anuncio oficial del levantamiento de las restricciones fue realizado por Gibbs y el consejero adjunto de Seguridad Nacional para América Latina, Dan Restrepo, de origen colombiano, que leyó el documento en español luego de que Gibbs lo hiciera en inglés. Ambos explicaron que las medidas buscan “tender una mano al pueblo cubano en su deseo para determinar su propio futuro”. La intención es que los cubanos ganen “más independencia del régimen y puedan empezar a hacer realidad el objetivo de una Cuba democrática y respetuosa de los derechos humanos”, precisó Restrepo.
Cerca de 1,5 millones de ciudadanos norteamericanos tienen parientes en Cuba. A partir de ahora, estarán autorizados a enviar a la isla remesas y “paquetes humanitarios” en los que podrán incluir ropa, semillas para la siembra o instrumentos de pesca, objetos prohibidos por el anterior gobierno republicano. Los envíos podrán dirigirse a cualquier ciudadano de la isla, con excepción de funcionarios del gobierno cubano y del Partido Comunista. Asimismo, las visitas carecerán de límite temporal o de frecuencia.
En la actualidad, visitan la isla anualmente unos 130 mil cubanoamericanos. Según organismos internacionales, las remesas que envían los exiliados a sus familiares en Cuba llegan a unos mil millones de dólares anuales. Con las nuevas medidas, las visitas de los familiares a la isla podrían triplicarse y entrarían a Cuba más de 500 millones de dólares adicionales.
El levantamiento de las restricciones se combina con un pedido del gobierno de Obama para que La Habana no interfiera en los envíos y los viajes. George W. Bush había impuesto restricciones a los viajes a la isla, que no podían superar los 15 días cada tres años. En marzo, el Congreso aprobó una medida contenida en la Ley de Presupuesto que eliminaba las restricciones impuestas por Bush. Las medidas aprobadas por Obama van más allá de lo dispuesto por los legisladores al eliminar las restricciones temporales a los viajes.
El decreto de Obama mantiene en pie el embargo contra la isla vigente desde 1962, uno de los pilares de la política norteamericana hacia La Habana. Según estableció en 1996 la Ley Helms- Burton, que endureció el bloqueo económico, comercial y financiero a la isla, ningún presidente de Estados Unidos podrá decidir el fin de esta medida sin la aprobación del Congreso.