How viveza brought down a nation.

[Zhar]

Me gustaria leerlo, pero manejo del ingles es muy pobre, algun alma bondadosa que lo tradusca?


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[Panto]

No dice nada nuevo y habla de todo muy por arriba.

[Poo]

no vale la pena traducirlo xD no se pieden de nada dinapoli y zhar.

[Kifsito]

no vale la pena traducirlo xD no se pieden de nada dinapoli y zhar.

ah como no!! Una de dos: Se ahorran un coraje, o una depresion profunda

[Pantuflator]

Dice cosas muy simples pero muy ciertas.
No creo que no se pierden nada.

[Grancaco]

nada que a esta altura no sepan XD

[Pantuflator]

Pero te ilumina un poco... por lo menos a mí.

Creo que la sociedad se maneja en un "sálvese quien pueda" y de considerar un groso a los "vivos", que cumplen sus cometidos salteándose las leyes, como Maradona, o como los líderes piqueteros, o incluso Perón (viene el bardooo).
No hay un sentido de unidad en la sociedad, las fuerzas de seguridad nos son ajenas y hasta las vemos como enemigos muchas veces por esto mismo.
Si considerásemos como groso a alguien que es honesto, que respeta la ley, que tenga orgullo por el país y que considere propia y argentina a toda la gente, de todos los estratos, culturas, colores, etc., en ese momento comenzaríamos a encaminar bien como civilización, porque ese es el modelo a seguir y la manera de pensar que deberíamos tener.

[Kifsito]

Orale pinches! , me tome la suprema libertad de sacrificar mi rato de ociosidad y flojera para escribir la tan esperada traduccion de esta chingadera, aunque mi inglés no esta al 100% creo que me quedo bastante aceptable:

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La situación de Argentina debería ser una advertencia para todos nosotros, en opinión de John Carlin: Una mentalidad de "Hazte-rico-rápido" sólo lleva al desastre.

Una de las mas grandes interrogantes de la vida para el hombre en el ámbito de Buenos Aires es: ¿Porqué Argentina, que tiene todo a su favor, es un caso perdido, mientras que Japón que al parecer tiene tan poco, ha sido tan exitoso?

Japón es un archipiélago densamente poblado y muy escaso en recursos naturales, cuya sociedad se encuentra jerárquicamente estructurada y cuyas políticas -hasta hace poco- curiosamente eran feudales. Argentina es una tierra amplia, vacia, fértil e injustamente bendecida no solo con petróleo y gas, sino con gente cuyo estándar de educación es el más alto en Latinoamérica, y cuya forma de pensar y gusto en el vestir, comida, moda y arte, son completamente europeos.

Aunque Japón es el coloso capitalista, supermoderno, y democráticamente estable; Argentina ha gastado locamente sus pasados 50 años entre auges y caídas, desde gobiernos adecuadamente electos hasta dictaduras del tipo de paises poco civilizados. (Es cierto, Japón ha estado sufriendo una recesión prolongada, pero su continua prosperidad y estabilidad solo remarcan la diferencia).

El hombre al que nos referimos (uno inusualmente acomodado y clase media-alta, la verdad, porque pocos siquiera ya son capaces de pagar ni los pasajes) rápidamente nos recordaría -porque como todos los argentinos, el es un hombre orgulloso, mas bien superior en su porte- que hubo algun tiempo en el que las cosas siguieron su orden natural. En 1908, Argentina, el octavo país mas rico en el mundo, tenía un producto interno bruto per cápita mayor que el de Alemania, Francia u Holanda- y ni mencionar a Japón, que se quedaba muy atrás todavia. Veinte años después, Argentina, que ahora es una democracia floreciente, continúa navegando por el número 12 en los ranking mundiales, todavía con buena ventaja sobre Japón, y millas adelante de Italia y España -las dos naciones de hace tiempo desde las cuales fluyeron los inmigrantes hacia Argentina hace 100 años, y de los cuales muchos de sus hijos hoy buscan desesperadamente certificados de nacimiento antiguos, con ganas de regresarse.

Pocos ponen mucha fé en Eduardo Duhalde, el quinto presidente argentino esta temporada festiva, o en las medidas proteccionistas que ha anunciado, la primera consecuencia de éstas fué una dramática devaluación del peso. Una vieja amiga en Buenos Aires me envió un email describiendo a Duhalde "como otro peronista charlatán mas" y anticipando "la desaparición de la civilización Argentina, como sucedió con los Etruscos". Mi amiga es doctora y madre de dos hijos. Su esposo es dueño de una joyería. Hace como dos meses, se vieron forzados por falta de fondos a abandonar su departamento y mudarse a casa de la mamá de mi amiga.

Su problema es completamente típico, y también su pesimismo. Tal vez Duhalde pruebe pronto que ella estaba equivocada, pero lo que si es cierto es que las medidas financieras no serán suficientes por si mismas. Como dijo recientemente Felipe González, el anterior primer ministro español y muy cercano observador de los problemas argentinos: "el problema no es sólo económico... A pesar de la gravedad y profundidad de la crisis económica, social y financiera, el problema es político".

Por lo que dijo, los culpables no son la última generación de políticos, como la mayoría de los argentinos parece creer, por más corruptos y rateros que hayan sido. Son los argentinos mismos los que tienen la culpa de sus problemas.

Y cuales son sus problemas? Como los habitantes de Buenos Aires -la ciudad con el nivel mas alto de psicoanalistas en el mundo- estarían seguros de señalar, son muchos y profundos. Pero si los reducimos a su esencia sin embargo, se trata de esto: Una falta abismal de consenso nacional, de propósito patriótico, de solidaridad social.

Lo que no les falta, por otro lado, son posturas nacionalistas. La última vez que viví en Argentina, por allá entre 1979 -cuando el régimen militar de Leopoldo Fortunato Galtieri y compañía, la Junta Latinoamericana más Nazi de ese tiempo, estaban en la cúspide de su poder- y 1982, cuando la señora Thatcher y su fuerza especial le hicieron al público Argentino el favor (y hasta hoy no reconocido) de deshacerse de la milicia e iniciaron el advenimiento de una era, ininterrumpida hasta hoy, de gobierno civil. Un episodio de ese tiempo siempre ha estado conmigo.

En 1980, un equipo visitante de jugadores ingleses de rugby, llamado "Los Pinguinos", escaló una pared una noche de ebrios y se robaron una bandera argentina. Las noticias provocaron encabezados de primera plana llenos de indignación por todo el país. Un par de dias después, un amigo inglés que estaba viviendo en Buenos Aires platicaba del incidente con un amigo en un autobús que iba lleno. Mi amigo expresaba su sorpresa por todo el escándalo que se habia hecho por una bandera robada, cuando ni siquiera nadie -ni en la prensa ni en ningún lado- había mencionado las aproximadamente 20,000 personas secuestradas/desaparecidas. De repente un señor de mediana edad que había entendido la plática en inglés y habia alcanzado a escuchar todo se levanta de repente y explica la conversación resumida a los demás pasajeros y le gritó al conductor: "Señor, detenga el autobús inmediatamente!! Este hombre ha insultado nuestra sagrada patria!. Asi que se debe bajar del autobus cuanto antes!!" El conductor hizo lo que le pidieron y también, para calentar los aplausos, lo hizo mi amigo".

Casi tan deprimente como lo que los militares estaban entonces haciendo, fue la complicidad del público, que fingía ignorar las cosas y hacer como que no estaban pasando, el hecho de ignorar egoístamente los horrores -las torturas y desapariciones- que muchos que muchos de sus compatriotas argentinos estaban sufriendo. El punto fue reforzado en Abril de 1982 por el fervor con el cual cientos de miles se reunieron en la Plaza de Mayo para celebrar la oportuna y transparente "recuperación" de las Malvinas por la Junta.

Parte del problema de Argentina proviene de la ausencia de una historia que inculque sentimiento patriótico. La verdad lamentable es que si no fuera por el mito de de la eterna enemistad con los ingleses, personas por quienes muchos argentinos actualmente sienten una terrible admiración, habría poco de porque colgar la bandera Argentina albiceleste. Como hijo de Inglaterra creciendo en Argentina durante los 60's, fué con algo de confusión que respondí a los recordatorios diarios de la escuela sobre la naturaleza "de pirata" de los ingleses y memoricé los detalles de los hechos y hazañas Argentinas más memorables, sus Agincourts, sus Waterloos, -las dos "invasiones inglesas" de Buenos Aires en 1806 y 1807, llegadas (porque si sucedieron) de marineros Ingleses y marinos de uniforme rojo los cuales fueron rechazados valientemente por los ciudadanos argentinos.

Pero una historia corta y no muy interesante no explica del todo, ni mucho menos excusa, el lamentable estado actual de las cosas. De otra manera uno tendría que preguntarse porqué Australia (otro país que ofrece un contraste dolorosamente luminoso) es hoy día un lugar tan próspero y estable.

Una gran parte de la respuesta al acertijo Argentino yace en las aspiraciones de los inmigrantes que llegaron entre los siglos 19 y 20. Porque mientras que aquellos que fueron (voluntariamente) tanto a Australia, como a los Estados Unidos, lo hicieron con la intención, y por mucho, de establecerse, pero aquellos que fueron hacia Argentina lo hicieron con la intención de hacerse ricos muy pronto. Ellos lo llamaron "hacer la América" ó "hacer tu América". La idea era regresar a casa en Calabria o Galicia después de unos años de duro trabajo pero siendo extremadamente ricos.

Solo una pequeña minoría lo logró. Aquellos que se quedaron condenados a quedarse atrás han legado a los argentinos modernos un conjunto de características que los distinguen de los demas latinoamericanos: Una nostalgia imborrable por Europa, junto con el odio de Europa del sur por los Estados Unidos; una profunda frustración que, por algún error de Dios, parafraseando a García Márquez, han terminado viviendo no en el Mediterráneo, sino en la punta mas lejana de sudamérica; un anhelo adolescente por la idea que el milagro que no se les cumplió a sus ancestros, se les va a cumplir a ellos y que se harán ricos rápido.

Eso es, en gran parte, el secreto del éxito permanente del partido Peronista. La razón por la que Juan Domingo Perón y su esposa Evita llegaron al poder en 1945, permanecieron allí por diez años y nunca han dejado el corazón de al menos la mitad de la población Argentina es que ellos ofrecieron hacer realidad el Sueño Argentino. Voten por nosotros, decia su mensaje, y todos ustedes -todos y cada uno- se ganará la lotería. Y sí, por un tiempo, Argentina, brillando con carne y granos, cosechó ganancias después de la Segunda Guerra Mundial. Pero la ilusión de prosperidad se terminó cuando las naciones del norte recapacitaron, tras lo cual perón fue derrocado en un golpe de Estado.

Y mientras se trate del legado de Perón, o si es algo que venga de otro sentimiento mas profundo, la falla trágica de Argentina es la corrupta ineptitud de su ética nacional dominante. Resulta que en países como Japón y los Estados Unidos -la mas aptas y dramáticas contrapartes del fracaso histórico argentino- la virtud que la sociedad tiene en más alta estima es el trabajo honesto, en Argentina el atributo que genera el más alto grado de admiración es lo que ellos llaman "viveza". O, para ponerle un adjetivo, ser "vivo". Que significa, literalmente, estar vivo, pero su significado real es una forma de inteligencia o agudeza y rapidez mental para hacer trampa, ya sea evadiendo el sistema ó burlándose de otra persona, ese es el ingrediente que lo define.

Un buen ejemplo sería el gol de la "mano de Dios" de Diego Maradona contra Inglaterra en la copa de 1986, la cual él explicó en un documental para el Canal 4 el año pasado que fué como robar carteras- todo un arte que según, el dijo, los Argentinos tienen en mucho aprecio. Asi que el individuo más idolizado en Argentina después de Evita Perón no ve ningúna contradicción entre elogiar la viveza del robo de billeteras y denunciar a los "ladrones" quienes, como él y la mayoría de sus compatriotas nunca se cansan de decir, han azotado el país durante los últimos 50 años.

Todo esto se traduce en una sociedad donde, aunque sin duda hay muchas excepciones honorables, el objetivo prevaleciente -la idea fundamental- es tener éxito con el ingenio propio y una minima inversión de tiempo y esfuerzo. Pero lamentablemente, la forma particular del (dicho de forma "amable") desarrollo argentino es mostrar que los atajos no funcionan. Para lograr éxito y progreso una nación necesita trabajar duro y juntos, en unidad. Como dice Felipe Gonzalez, solo hay una cosa para ello, comenzar desde cero y construir una "Nueva Argentina" como "un proyecto compartido, un gran acuerdo nacional".

Eso no será particularmente cómodo para el listo, vestido a la moda, y tan-Europeo hombre ocioso en el ámbito de Buenos Aires, aunque le proporciona la respuesta al rompecabezas japonés. La lección, muy alentadora para el resto del planeta, que se puede aprender de la catástrofe argentina es esta: La ruleta de la geografía no da forma al destino de una nación, sino la voluntad y los valores de su gente.

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Ahora si, tiren su opinion los que querian leer esto.

Saludos

[Pantuflator]

Gracias che xD
Ni bola la gente :p

[Ecthelyon]

Juro que agarro un párrafo al voleo y es OBVIO que es la verdad lo que habla así. Hay que pensar muy linealmente para analizar las cosas de esa manera. Bah, "analizar".

Ya empieza por comparar Japón con Argentina.

Lo único que tenemos en común, es que ambos países estan ubicados en el planeta tierra. Y que a los japoneses escuchan tango capaz?