Hijos de putas como lo disfrutan al anti futbol, con razón después de unos cuantos partiditos acá en Argentina dejé de jugar... casi me hacen mierda la rodilla. Es como una tracición pegar una patada después de un caño acá, no importa si es tu hermano, primo, mejor amigo o un tipo que te donó un riñon porque te estabas muriendo, tapones a la yugular. En Brasil si te dan un sombrerito la vuelta es otro sombrero, o un caño, un elástico, y después las risas cuando se termina el doparti, acá yo llegue a terminar un partido en una comisaria porque uno le clavó una pinza de artesano a otro tipo por un par de fouls, y eran compañeros de trabajo pff