Por Jorge Mancinelli
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Papel Prensa habría estado subsidiando a Clarín mediante dos formas: un precio de venta de la bobina de papel menor a su costo de producción y la compra de la devolución de diarios a un precio que las fuentes consultadas llamaron insólito. El calificativo utilizado para aludir al precio de los diarios rechazados por los canillitas que Clarín vende a Papel Prensa, da a entender que está más relacionado con el precio de tapa que con el valor de un diario de descarte.
El grueso del subsidio se origina en el precio del papel. Un estudio de costos y mercado que ha llegado a manos de los directores del Estado Nacional en Papel Prensa, muestra que las empresas editoriales que no accedieron durante los últimos seis años al precio cobrado por esa empresa a Clarín y La Nación, tuvieron que pagar 58 por ciento más caro el papel que necesitaron para sobrevivir. Ese sobreprecio fue la diferencia entre el promedio de los importes abonados por las editoriales obligadas a importar y el costo privilegiado que tuvieron los dos accionistas del monopolio del papel de diario.
En Diarios y Periódicos Regionales de la República Argentina (DyPRA), una entidad creada en diciembre de 2008 para la defensa de las pequeñas y medianas empresas periodísticas diseminadas en el interior del país, dicen que ellos, por no disponer de cuota en el mercado interno, tenían que comprarle el papel a revendedores pagando mil dólares la tonelada más IVA, fuese nacional o importado. Cuando se organizaron y pasaron a importar directamente, consiguieron bajar más de un 30 por ciento en promedio el precio de compra.

Manejo de precios y cantidad. El estudio que circula entre los Directores del Estado Nacional, además de exponer los precios diferenciales que se fijan a sí mismos los diarios accionistas, muestra que Clarín, a través de Papel Prensa, ha regulado el mercado mediante una combinación de precios y volúmenes producidos. Entre los años 2005 y 2008, hizo funcionar a un 85 por ciento promedio la capacidad instalada de la empresa papelera, bajándola al 79 por ciento en el año 2009, con lo que redujo en 9.000 toneladas el stock de papel de diario obligando ese año a subir 16 por ciento la importación del insumo.
Ante un mercado que consume 266.000 toneladas anuales y con sus aproximadamente 200 mil toneladas anuales de capacidad productiva, la empresa aliviaría la necesidad de importar papel para diario con sólo producir al nivel para la que está capacitada y siempre que ese papel estuviese disponible para empresas editoriales no vinculadas.
La política discriminatoria practicada por Clarín desde Papel Prensa contra otros medios, se mide en el costo de la importación forzada de papel para diario. Si esa empresa hubiera ofrecido al mercado durante el último quinquenio todo el volumen que pudo producir, el ahorro por menores importaciones habría sido, según algunas estimaciones, de 123 millones de dólares.
La factura que paga la sociedad para mantener el negocio de papel de diario concedido por la dictadura militar al grupo de empresas organizado por Clarín, debe incluir también las pérdidas ocasionadas a Papel Prensa en caso que el grupo Noble-Magnetto haya pagado la tonelada de papel por debajo de su costo. Por lo pronto, en la última reunión de directorio de la empresa realizada el pasado día martes, uno de los representantes del Estado Nacional reveló que el análisis en profundidad de los costos permitió comprobar que el segundo y tercer trimestre del 2009 arrojaron pérdidas para Papel Prensa. El 71 por ciento del papel de diario vendido por la empresa durante los últimos seis años, fue para Clarín y La Nación. El grupo Noble Magnetto recibió más de las dos terceras partes de esa provisión.



Es claro que Papel Prensa no puede ser de ningun diario privado.

Hace 2 años un periodista amigo me comento esto: "Cuando vos queres hacer un diario CHICO, el papel te lo venden. Si vos llegas a escribir algo en contra de los grupos que poseen papel prensa o mismo contra la ideologia que plantean (en forma reiterada) no te venden mas"

Yo creo que la solucion que tendrá gran adhesion en el congreso, seria expropiarla y ponerla en control de un directorio, designado por el congreso mismo y que estos se renueven cada cierto tiempo. Y con constante revision de sus acciones.

Si bien es cierto que en el congreso puede haber "lobbystas" de estos grupos economicos, es mucho mas dificil monopolizar el papel si no depende exclusivamente de vos. Y si a esto se le suma la renovacion de los directores y del congreso mismo, se tendran que mover MUCHO para seguir actuando de la misma manera.



Encima de todo y lo que me pone mas loco, es que se victimizan. Reclaman indignados que no toquen a la nena llamada "libertad de expresion", cuando son los peores bufarras de todos.