Asi es, al contrario de lo que muchos piensan las tecnologías que hoy en dia se jactan de ser vanguardistas en realidad ya existían al menos conceptualmente desde hace muchos años. Tal es el caso del elemento que hoy nos compete, nuestro buen amigo el televisor de pantalla plana:
William Ross Aiken – Pantalla plana
De no ser por las vueltas del destino o como suele decirse, “estar en el momento y lugar incorrectos” lo que hoy conocemos como flat panel, flat TV o pantalla LCD podrían haber existido desde hace 50 años. Y como estamos hablando de padres anónimos, Aiken creo que es quien se lleva el mérito de ser uno de los ilustres más desconocidos de la historia.
William Ross Aiken fue un ingeniero que trabajó casi toda su vida para la industria militar estadounidense. Desde distintos ámbitos de trabajo se interesó por mejorar las interfaces de visualización de los registros obtenidos por cada uno de los sistemas desarrollados por la US Army, tales como los radares, medidores de radiación o mapeadores de terreno.
Aiken inventó una práctica pantalla plana CRT de menos de 3 pulgadas de espesor en la década de 1950, pero no pudo encontrar a nadie interesado en fabricarla. A pesar de que golpeó varias puertas, en plena guerra fría nadie se fiaba de un desconocido inventor que traía entre sus manos un producto tan logrado e innovador. Fue así como empresas del nivel de Warner Brothers y General Electric rechazaron su oferta. Incluso RCA, fabricante líder de televisores en los ‘50 no pudo concretar un acuerdo. En este caso no fue la falta de interés sino la inmensa inversión monetaria que ya había realizado en la fabricación de tubos de rayos catódicos. Este mal augurio significó que Aiken continuara con su aporte al entusiasmado ejército estadounidense, quien autorizó a Kaiser Industries a fabricar su pantalla plana para incorporarla en barcos, submarinos y aviones.
Claro, nadie quería correr el riesgo de invertir en un producto nuevo y desconocido si empresas como General Electric o RCA lo habían rechazado. El efecto que le produjo esta serie de rechazos y el vencimiento de las patentes adquiridas lo llevaron a dejar encajonado su proyecto y terminar sus días trabajando para una empresa de señalización de autopistas.
La burocracia corporativa, el miedo y la tensión reinante en tiempos de guerra fría y desde ya, la falta absoluta de suerte, hicieron de William Ross Aiken una de las mayores promesas truncas en la historia de los inventos. Ni siquiera una nota en la reconocida revista Mecánica Popular de aquellos tiempos logró cambiar la fortuna del verdadero padre de las pantallas planas.
Conociendo los avances de la actualidad, Full y High Definition, 3D, OLED, todos logros conseguidos en los últimos 20 años, ¿se imaginan lo que podría ser hoy la televisión si alguien hubiera escuchado a William Roos Aiken en los ‘50?
Próximamente la historia del infame 3D...