Quien diga que esto no vale nada al lado de aquella final tiene razón. Pero quien niegue que esto le dolió a los Alemanes se equivoca, al menos respecto de los alemanes que estaban dentro de la cancha. Sino repasen las patadas que empezaron a pegar durante los últimos 20 minutos. Esto tenía que ser una fiesta para ellos, y no lo fue, me alegro por lo que boquearon algunos jugadores.