Historia, qué groso!, es una de esas cosas que me resultaban horrorosas y con el tiempo me empezaron a gustar (chistes chotos y de chotas abstenerse, gracias (?) ). En fin, que te diviertas, y ojo con el nivel de pelotudismo del loquero, te puede terminar convirtiendo en un pato o un peach si entrás después del horario de protección al menor (o después de los tatitos como se dice acá, en el país con forma de milanesa) y permanecés mucho rato leyendo, nos leemos por ahí, abrazo!.