No, Panchita, yo no dije eso que interpretaste. Simplemente me hace gracia que mucha gente vomita boludeces sin saber. Yo no soy ningún experto en política internacional, ni mucho menos, pero me parece que una cosa es que dos gobiernos tengan simpatía, y otra diametralmente distinta es que un estado vaya a emular a otro por eso.
Ni los analistas en serio hablan de que nos parecemos a Venezuela (por no mencionar la connotación negativa que le atribuyen quienes largan este tipo de frases adquiridas, sin haber pisado el país, ni saber más de él que lo que les dice la tele y el diario), pero mucho salame se horroriza ante la posibilidad. Piensan que el país del bolivariano de camisas rojas es la Rusia de Stalin, hermano. No es que sea la tierra de la maravilla, tampoco, pero nuestro país no va camino a ser Venezuela, para bien o para mal.
Y me dirán: "¿hace falta ir a Venezuela para saber cómo es la cosa allá?"
Responderé: "No, no hace falta. Pero hacen falta más que unos informes de la tele y unas leídas rápidas a un par de noticias para sacar conclusiones así de arriesgadas. De lo contrario sólo se exteriorizan pelotudeces."
Ahora sí, estemos en algo de acuerdo: Maduro es, por decir lo menos, un tarambana de peso.