Bueno, a mi más que "sinceramiento" me gusta el término "fracaso". Suena más... sincero .
La pregunta es qué pasa ahora. Voy a especular, porque es gratis:
Alternativa 1: la moneda se estabiliza en poco tiempo alrededor de 10 pesos, y sigue subiendo pero lentamente. Esto sería ideal, porque permitiría al país disfrutar de un tipo de cambio favorable por un tiempo, con sus beneficios (más turismo, mano de obra barata, ambiente favorable para exportaciones, etc), y probablemente relaje un poco la caída de reservas.
Alternativa 2: ...y aquí es cuando me pongo apocalíptico. El hecho es que aunque durante algunos años el país tuvo un tipo de cambio favorable, la gente se acostumbra a tomar medidas para protegerse de la inflación, y eso lleva a que se acelere el proceso.
1) En general, las cosas importadas se pagan en pesos al importador, con una cierta cotización que es la que el tipo espera que el dólar tenga cuando vos le pagues (un mes). La súbita devaluación va a hacer que muchos no sepan qué cotización meterle, y encarezcan sus productos para cubrir sus finanzas.
2) La devaluación va a figurar prominentemente cuando empiecen las paritarias. La frase que el Kirchnerismo puso de moda es "cuidar el bolsillo de los trabajadores", y ahora puede volvérseles en contra. Una devaluación antes de paritarias va a llevar a que a varios se les ocurra tomar el ~60% de devaluación de la moneda en el último año como base.
3) El aumento de sueldos se transladaría rápidamente a los costos y al valor de los productos, con un extra para cubrirse por futuros aumentos de los insumos.
4) Siendo los mayores empleadores del país (sin contar los subsidios), el Estado Nacional y los Estados Provinciales van a tener que poner más para mantener el gasto público. Algo me dice que la guita va a salir de la maquinita de hacer billetes.
5) En este contexto, las reducidas reservas del central no podrían frenar la escalada del dólar, que volvería a subir.
En realidad, es más o menos el mismo circulo vicioso que viene pasando hasta el momento, digamos. La única diferencia es que, en vez de números del 20-30%, vamos a estar hablando de 50-60%.
Lo irónico es que si esto ocurre, sería en gran medida como resultado de las mentiras del gobierno. Es decir, la devaluación del 60% no se corresponde con una inflación del mismo número, sino con el hecho de que la inflación que declararon a lo largo de los últimos años (10%, como reloj) nada tiene que ver con la inflación verdadera de entre 20 y 30%. Sin embargo, el ocultamiento va a hacer que muchos se piensen que hubo un aumento repentino de la inflación (y que otros tantos no lo piensen pero se hagan los boludos) y, como resultado, aumenten sus precios... efectivamente aumentando la inflación.
Pero bueno, por ahora he tenido mala suerte con mis predicciones apocalípticas. A lo mejor pifio de nuevo.
Del supuesto "relajamiento" del cepo cambiario no hablaré, porque quiero esperar hasta el martes a ver qué onda.