La venganza de un tauren.
Mi nombre es Cuernosagrado, les voy a contar una historia triste, al menos en su inicio... en mi camino a convertirme en un Paladín, me topé con varias personas que ayude en su lucha y viceversa... Pero siempre me ronda en la cabeza una en especial:
Estaba batallando contra unas serpientes voladoras en Los baldíos del sur, cuando acabé con esas bestias vi entre unos arbustos unas pezuñas que se asomaban, no de gran tamaño, sino mas bien chiquitas, como las de un jabaespín. Prepare mi mazo y estaba listo para partírselo en la cabeza... pero enseguida note que no era un enemigo, ¡sino otro tauren!, estaba aterrorizado escondido entre unas hierbas, me acerqué, aparté las hojas y le pregunté al pequeño:
-¡Niño!, ¿Qué haces aquí? ¿Por qué andas en lugares peligrosos estando solo?-.
Y él me respondió;
-Mi mamá y mi papá... murieron, los jabaespines nos capturaron y vi como los asesinaban sin piedad, haciéndoles brujerías y corrompiéndoles el alma-.
Cuando escuche eso todo mi ser se llenó de ira, pero me calme, porque sé que la ira no es buena consejera y nubla el buen juicio ante las peores situaciones... cargue en mis hombros al pequeño y lo lleve a Punta Vendetta.
Allí le di algo de agua y pan, y le pregunte como había sido y si recordaba quien, me dijo que los padres eran herboristeros y habían salido a recoger flores que solo crecían en Los Baldíos, ya habían llenado las bolsas y estaban regresando a Mulgore, pero cuando pasaron entre unos árboles los jabaespines los asaltaron y los capturaron, él había logrado escapar porque el candado de la celda estaba maltrecho y con sus poderes de druida lograron aflojarlo.
El pequeño estaba desolado, había caído la noche y teníamos que dormir ahí.
Al día siguiente, me pregunte que podría hacer para remediar la situación del chico... elabore un plan muy simple, primero tenía que descubrir quién era el asesino de sus padres, el corruptor que los había matado, el líder de toda la operación y en segundo lugar buscarlo y aniquilarlo. Empecé a buscar información en Vendetta de quien era el jabaespín que aterrorizaba a los viajeros de los baldíos... pero sin lograr nada, estaba totalmente desilusionado porque no podría vengar al pobre chico, pero de repente una vieja trol me dijo:
-Joven tauren, se las penas por las que pasas, no poder vengar a alguien que ves indefenso, lo sé... Pero esta vez no así, el jabaespín que buscas se llama Nak Colmillonegro, es un nigromante disfrazado de Médico Brujo, no solo tiene aterrado a todo viajero, sino a sus propios súbditos... Toma, este es el mapa que muestra la ubicación de su guarida. ¡Búscalo tauren! ¡Búscalo y mátalo! ¡Acaba con su tiranía!-.
Nak Colmillonegro, ya tenía su nombre y su ubicación, pero conociendo su reputación como asesino no podría hacerle nada. Me dirigí al pequeño y le dije:
-Oye pequeño, no me has dicho tu nombre-.
-Mi nombre es Torik Pezuñapétrea...-.
-De acuerdo Torik quédate aquí y no te metas en problemas, volveré dentro de dos o tres días... traeré la cabeza de ese jaba espín y me dirás si verdaderamente es el que asesino a tus padres, ¿de acuerdo?
-Si señor-.
No sé cómo podría conseguir a alguien que me ayude en mi batalla, decidí hacer algo no muy convencional... me pare en el medio del puesto y grite:
¡Gente de la Horda, ayer me topé con este pequeño, sus padres fueron asesinados por los jabaespines, cuanto mas tenemos que aguantar a esos malnacidos hombres cerdos!, ¡Aquí tengo el mapa con el nombre y la ubicación del líder de ellos! ¡Reunámonos y matémoslos!-.
Nadie me había prestado atención, pensé que iba a estar solo en esto, pero de repente dos trols se levantaron y me dijeron:
-Estamo' contigo en esto tauren, a donde tu valla, nosotro' iremo'...-
Tres elfos de sangre se levantaron del suelo y uno me replico:
-Tauren, conocemos el peligro que presentan esas bestias, nos uniremos a tu causa, todo sea por erradicarlos-.
Ya me sentía hecho, no éramos muchos pero de algo podría servir si trabajábamos juntos en contra de los cerdos, pero para mi sorpresa se me acerco un orco de aspecto curtido y me exclamo:
-Mok'grah tauren, soy el general Mork'osh, veo que estas interesado en destruir a esos jabaespines, pero creo que tu lucha será en vano...
-General, no puedo permitir que esos monstruos sigan haciendo lo que quieran en estas tierras, solo quiero asesinar a Nak, vengar al niño, venganza es lo que me motiva...-
-Veo que tiene agallas joven tauren, muy bien, iré con un par de hombres, veo que tú ya has juntado algunos aventureros, no se si podremos lograrlo pero si lo hacemos será una gran victoria para la Horda, ¡¡LOK'THAR OGAR!! ¡¡POR LA HORDA!!
-¡¡POR LA HORDA!!-.
Marchamos por una hora hacia el territorio jabaespín, masacramos un par que estaban dispersados por la zona, pero mientras más nos acercábamos a la base el número de enemigos iba en aumento. Hasta que llegamos a un lugar oscuro... sabíamos que era la guarida de Nak.
El general se dirigió hacia mí y me dijo:
-Cuernosagrado, según estos planos el escondite tendría que estar atravesando esa gran zarza, y bajando por las zarzas rojas hasta llegar a una cueva.
-De acuerdo, entraremos y bordearemos la gran zarza, no quiero que caigamos en la fosa que está llena de jabalíes, ¿está bien?
Entramos en la base y la defensa jabaespina era sólida, pero nosotros no nos dejamos vencer por el miedo y cargamos contra ellos, la batalla fue durísima, me hirieron a mí y al general, también a un elfo y un orco murió por una flecha en la cabeza. Logramos reducir su número y algunos dejaron las armas en el piso y otros se cayeron a la fosa. Cuando tuvimos superioridad acabamos con los restantes , los trols chamanes y yo sanamos algunas de nuestras heridas y seguimos camino adelante, tocaba el turno de las zarzas rojas... pero teníamos una complicación, abajo había muchos geománticos y en las plantas había jabalíes, entonces decidimos lanzarnos por las zarzas e ir empujando hacia los costados a los chanchos, nos abalanzamos sobre los geománticos y no les dejamos cargar ningún poder, ya en el suelo nuestras hachas, hojas y mazas se cargaron a los jabaspines. Solo nos quedaba entrar a la cueva, sabíamos que ahí estaba la elite de Nrak.
Nos adentramos y estaban esperándonos los guardias mas fieros del nigromante, chocamos contra ellos y muchos de los nuestros casi mueren, dos orcos, un elfo y un trol cayeron malheridos casi sin poder moverse, matamos seis de los diez guardias que estaban en la cueva, los cuatro restantes retrocedieron y doblaron por un pasillo, asistimos a los que estaba heridos y seguimos camino adelante, estábamos cansados y demacrados cuando llegamos a la guarida de Nak...
Lo vi, hice contacto con él y le dije:
-¡Nak, juro que te mataré por todos tus crímenes cometidos maldito!-.
Y él me respondió:
-Ja ja ja ja, tonto tauren, no sabes a quien te enfrentas, ¡ahora morirás y me servirás!
Empezó a lanzarnos hechizos y se nos abalanzaron los guardias restantes, pero como estaban cansados los aniquilamos fácilmente, pero el nigromante nos tiraba grandes salvas de sombras que nos dejaba cada vez mas frágiles, me levante del piso y lo sentencie, le di un mazazo y lo tire al suelo. Se levantó pero Mork lo cargo y lo volvió a tumbar. Lo golpeamos ferozmente y lo derrotamos, estaba postrado en el piso y le dije:
-Se acabó Nak, tu tiranía ha terminado... prepárate para morir...
-Jajajajajaja... ¡idiota!, no por nada me gane mi reputación, ¡sufre!-.
En ese momento me tiro un poder que me dejo inmóvil, como una especie de prisión de sombras. Levanto las manos y empezó a invocar muertos, esqueletos, espíritus, espectros... Pensé que era el fin, pero para nuestra suerte los esbirros eran torpes pero a la vez implacables, trate de liberarme
pero se me hizo imposible. El general guiaba bien a las fuerzas pero estaba a punto de sucumbir, luche y luche por liberarme hasta que al final lo conseguí, pase tras las filas de los lacayos y le aseste un mazazo en la cabeza que lo dejo aturdido, se recuperó y me maldijo dejándome confundido, un grunt se le abalanzo con un golpe pero fallo y el nigromante lo aniquilo con una descarga de sombras, entonces logre lanzarle un exorcismo letal que lo tumbo y lo hirió gravemente. Arrastrándose por el suelo me pedía piedad, lo mire y le dije:
-Azeroth estará mejor sin ti... ¡Muere!-.
Lo aniquile y le corte la cabeza, luego retornamos los sobrevivientes de la escaramuza, llegamos al campamento y nos recibieron como unos héroes, lo vi a Torik que estaba expectante de los resultados y le mostré la cabeza de Nak.
-¿Este es el que asesino a tus padres?-.
-Sí, lo es-
-Bien-.
Entonces agarre una lanza la clave en el suelo y puse la cabeza de Nrak en ella. Eso demostraría la victoria de la Horda y que uno de los líderes de los jabaspines había caído.
-¡Hoy se le ha asestado un gran golpe a los jabaspines, de ahora en mas, ellos nos tendrán miedo a nosotros!, ¡¡POR LA HORDA!!
FIN
Personaje: Lorent