Erase una vez en la ciudad de Banderbill, una clériga llamada Anabelle. Anabelle manejaba muy bien la espada, y tenia un perfecto control de las magias, era fiel al Rey desde muy pequeña, siempre ayudando a su facción. Un día ella se presenta frente al Rey, para enlistarse entre sus tropas. Al poco tiempo ya se encontraba en el rango de" Teniente Real". Realizo diversas tareas para el Rey, siempre de la mano de sus compañeros, miembros del clan <Der Blaue>. Dentro de ese grupo se encontraban grandes soldados ciudadanos, como lo eran Maiah, Ahazared, Azhorek y Kerszhova.
Un día, en el medio de sus entrenamientos, reciben una carta de la pluma del Rey citándolos a su palacio. Una vez allí, el Rey les comenta porque los ha reunido en su palacio
-Muchachos, he pensado esto durante mucho tiempo, y creo que ustedes son los indicados para llevar a cabo esta misión.
Los Der Blaue se miraron entre si y Ahazared fue quien pregunto:
-Mi Rey, de que misión esta hablando?
A lo que este le contesto:
-Asesinar... a Lord Thek
Hubo un breve silencio, pero fue interrumpido por Maiah, quien pregunto exaltado
-¿¡Y como espera que hagamos eso!? ¡Es una misión suicida!
-Cálmate Maiah, les explicare lo que tendrán que hacer. Dijo el Rey.
-Deberán infiltrarse entre las tropas de Lord Thek, ganarse su confianza, y asesinarlo. Una vez que este muera, su imperio se caerá a pedazos y acabaremos con el mal en estas tierras. Les daré un tiempo para pensarlo.
Los Der Blaue se fueron del Palacio y continuaron con sus entrenamientos, hasta que Kerszhova dijo:
-Debemos hacerlo, por el Rey, por la facción, por el mundo.
Todos aceptaron y quedaron en confirmarle al Rey a la mañana siguiente. Todos se fueron a descansar a sus hogares hasta que sonaron los 3 gallos, señal de que era hora de levantarse he ir hacia el Palacio de Banderbill y darle el visto bueno al Rey.
Al llegar al palacio, Anabelle dijo:
-Mi Rey, en nombre de mi clan, aceptamos la misión, pero deberá ayudarnos a traspasar los muros de Arghal...