Imagino que con "sacar el país adelante" están proponiendo un debate sobre economía, porque suele parecer lo único que importa, aunque no sea lo único que importe. Pero ese es otro tema.
Para mi lo primero que necesita este país es dividir lo urgente del proyecto. Lo urgente nos dice que la gente no tiene para comer y que estamos endeudados hasta las pelotas, así que entiendo que lo primero que hay que hacer es llorar para un refinanciamiento posible de esa deuda mientras que se incentiva el consumo interno para poner en marcha el efecto multiplicador y toda la perinola keynesiana. Ningún proyecto puede iniciarse cuando la gente tiene la panza vacía. O sí, pero necesita mucho palo, y creo que ya corrió bastante sangre en este país ademas de ser moralmente inviable.
Estabilizada la panza de la población, deberíamos enfocarnos en lo que es, a mi juicio, el verdadero mal endémico de Argentina que no es la inflación. Ni siquiera es económico sino jurídico y se trata simplemente del federalismo. Considero que los padres de la patria dejaron todo muy bien diagramado, y las generaciones siguientes se cagaron en ese diagrama. Es lo contrario a lo que hizo EEUU, que avanzó con el proyecto de los padres fundadores. Alberdi soñó con una recaudación impositiva basada en la separación de fuentes, un Estado Nacional que se encargara de la seguridad de la Nación y de su representación al exterior y poco mas que eso. Gobiernos provinciales fuertes, de identidad propia, con capacidad recaudatoria y responsables de los servicios públicos. A partir de 1930 comenzamos a hacer el camino inverso (y digo 1930 simplemente porque las primeras leyes de coparticipación datan de esa época). El Estado Nacional asumió cada vez mas competencias tributarias y fue progresivamente haciéndose cargo de cuestiones que, en una República Federal, no debiera hacerse cargo. Yo no creo que la cuestión de fondo sea el gasto público ni la emisión monetaria, esos son síntomas, creo que el problema es esta distribución defectuosa de competencias.
Cabe recordar que durante el primer mandato de Menem, se devolvieron competencias a las Provincias (educación, por ejemplo) pero de manera defectuosa. En lugar de reconocer la potestad tributaria suficiente para reasumir esas competencias, simplemente se estableció que estas irían acompañadas de las partidas suficientes. Eso significa una organización netamente unitaria, es descentralizar la administración central y girar algunos fondos para el cumplimiento del cometido, solo agrava el problema porque las provincias asumen cuestiones para las que no recaudan, y quedan atadas a la voluntad política del gobierno central.
Uno de los genes de este mal es la actual ley de coparticipación que, todos saben, es muy mala. La Constitución de 1994 mandó a los legisladores a sancionar una nueva ley de Coparticipación Federal y para eso les fijó un plazo máximo que no recuerdo, pero eran algo así como 4 años. Estamos en 2019 y esa ley no existe. Nos regimos por una Ley de la década del 80 que fue ilegalmente modificada mediante sucesivos decretos y hasta resoluciones del ministerio de hacienda. Es decir, la repartija de los impuestos que se recaudan se dirimen a traves de simples decretos, resoluciones o en la misma justicia, y no con una ley del Congreso como hace todo el mundo civilizado desde hace unos doscientos años.

¿Que hacer? No hay que inventar nada, hay que volver a atrás. Devolverle progresivamente a las Provincias las competencias que la Nación ha asumido (con sus edificios, sus empleados, y toda la bola) pero juntamente con eso, transferir a las provincias la recaudación de la mayor parte de impuestos directos e indirectos que Nación recauda, coparticipables o no. Por otro lado, dejar de insistir con la estúpida Ley de Coparticipación y que las Provincias vivan de lo que recaudan (por supuesto que esto tiene que ser progresivo), mientras que Nación lo haga de la renta de exportaciones, importaciones, y alguna participación de las provincias (esto requiere modificar la CN). Luego cada Provincia decidirá si reduce el gasto público, si despide empleados públicos, si tiene que aumentar o reducir la presión tributaria. Estas Provincias empoderadas van a desarrollar economías diferentes entre sí, y mas tarde legislación y jurisprudencia diferenciada. Sería el momento ideal para devolverles, además de las potestades tributarias, las potestades legislativas sobre todo en materia de: familia, penal y laboral. Finalmente tendremos un Estado federal con condiciones y estilo de vida muy diferenciados entre cada Provincia. Eso produciría como efecto un movimiento demográfico que vendría a solucionar otro gran problema que tenemos. ¿Crees en el Estado presente y la justicia social? Quizás Chubut sea tu lugar en el mundo. ¿Preferis un Estado liberal que no te meta la mano y simplemente libre la suerte de la economía al libre intercambio de bienes, y que cada uno se pague su educación? Capaz Córdoba te ofrece eso. Odias a las zurdas feministas que destruyen la familia? Bueno, Salta te espera. ¿Queres aborto legal, seguro y gratuito? Santa Fe. En lugar de eso tenemos el modelo actual, donde cada dos años una mitad de la población trata de imponer sus ideas, su moral y sus proyectos a la otra mitad.

POR LO MENOS ASÍ LO VEO YO.