El antiguo arte del cristalero consistía precisamente en soplar vidrio por un extremo del instrumento utilizado y, acompañando el trabajo con calor, daba formas al cristal del extremo opuesto. Eso es, en el oficio del cristalero, soplar y hacer botellas.

Cuando se le pide a alguien la realización de alguna tarea más o menos complejas que se escapan de las posibilidades personales (Por ejemplo un server C3) y se arguye una supuesta facilidad, uno puede defenderse con una frase similar a la anterior: "Como si todo fuera soplar y hacer botellas".