El Líbano rebaja a 28 los muertos en Qana e Israel culpa a Hizbulá de utilizar civiles.

BEIRUT | JERUSALÉN.- Poco antes de hacerse públicos estos datos, los responsables del hospital de la localidad libanesa de Tiro han revisado a la baja el número de muertos en el ataque israelí del pasado domingo en Qana, fijándolo en un total de 28 frente a los más de 50 anunciados inicialmente.

El primer ministro del Líbano, Fuad Siniora, ha denunciado que la ofensiva israelí se ha cobrado la vida de 900 personas, ha causado heridas en otras 3.000 y ha obligado a un millón a abandonar sus casas.

Precisamente hoy el Ejército de Israel ha dado a conocer el resultado de una investigación sobre aquel ataque en el que se concluye que los pilotos que bombardearon el edificio creían que no había civiles en el inmueble.

"El Ejército israelí actuó en seguimiento de informaciones que apuntaban que el edificio no estaba habitado por civiles y que había sido empleado por terroristas como lugar para esconderse", señala el informe.

En el caso de que las informaciones hubieran indicado que había presencia de civiles en el edificio -señala el documento-, el ataque no habría sido llevado a cabo.

El informe del Ejército, dado a conocer por el jefe del Estado Mayor, general Dan Halutz, afirma que "el edificio fue atacado siguiendo las directrices militares sobre el empleo de fuego contra estructuras sospechosas en aldeas, donde a los residentes se les ha advertido que evacuen (la zona), y que se encontraba junto a áreas desde las que se disparan cohetes contra Israel".

El general Halutz, quien dice "expresar su pesar por la muerte de civiles, entre ellos niños, en el incidente de Qana", alega que "Hizbulá interpone a civiles libaneses como escudos defensivos entre ellos (milicianos) y nosotros (Fuerzas Armadas de Israel), mientras que el Ejército israelí en sí mismo es un escudo entre los ciudadanos israelíes y el terrorismo de Hizbulá".

El informe agrega que las instrucciones para bombardear el edificio "se basaron en el estudio y seguimiento de las actuaciones de los terroristas, que emplean estructuras civiles dentro de las aldeas para almacenar armamento y esconderlo tras el lanzamiento de los cohetes".

A pesar del nuevo balance, el de Qana sigue siendo el ataque más sangriento desde que Israel inició la ofensiva sobre el Líbano el pasado 12 de julio.

Al conocerse el alcance del bombardeo, y en medio de un intenso clima de condena, Israel suspendió durante 48 horas sus bombardeos aéreos sobre el sur del Líbano para facilitar a los civiles el abandono de la zona.

El Consejo de Seguridad de la ONU deploró la pérdida de vidas inocentes y subrayó la necesidad de poner fin a la violencia, pero sin condenar las acciones de Israel en el Líbano y sin hacer un llamamiento a un alto al fuego.

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Fuente: El Mundo.es