Llama la atención la exigencia con la que los medios critican a Carlos Bianchi en esta, su tercera etapa en Boca. Qué está nervioso, desengañado, que sufre, que ya no es el mismo. Y todo eso tras un puñado de partidos. Eso sí, si la cosa va bien será producto de la fortuna, del “celular de Dios”.
Tres partidos oficiales lleva el “Virrey” con un triunfo, un empate y una derrota. Tres. Se entiende que Boca es “Deportivo Ganar Siempre”, pero desde el periodismo hay cierto apuro por instalar en Boca una crisis que han vivido otros grandes, con descenso incluído, y que lejos está de vivir el Xeneize. “Los hinchas son inteligentes, tienen que saber que un equipo no se arma de la noche a la mañana”, dijo Bianchi el viernes. El mensaje está más que claro: no compren pescado podrido.
Boca, ganador de 20 títulos en 15 años, protagonista en todos los torneos, último subcampeón de América, está entrando en una turbulencia. Lo dicen los mismos que al rival de toda la vida, cinco títulos en el mismo período, con pérdida escandalosa de categoría, y un paso imborrable por la B Nacional, le brindan un presente prospero y un futuro que ilusiona. “Volvió”, reza Olé, seguramente teniendo en cuenta el subcampeonato de verano y los dos triunfos, ante conjuntos que no ganaron en el inicio del torneo, del equipo de Ramón Díaz.
No es la primera vez, mientras Boca desfilaba invicto y sólido por el Apertura 2011, la discusión era ¿se juega mejor en la B que en la Primera? Una tomada de pelo para todos aquellos que consumimos fútbol. También se intentó poner en debate el tema de “la mitad más uno”, o quién tiene más rating, casi que hasta se habla de quien vende más panchos en la cancha.
Ahora, con sólo 270 minutos oficiales, buscan poner en discusión a alguien que en el mundo Boca no está ni estará como Carlos Bianchi. ¿La última? Sentenciar a este conjunto que camina sus primeros pasos en pos de encontrar una identidad como “El Boca de Falcioni”. Por su parte, Cancha llena realizó un análisis: “Opuestos: las 5 diferencias entre un River que promete y un Boca que decepciona”. Exigentes los grandes medios…
Bianchi no tiene el celular de Dios, nunca lo tuvo, tiene un celular como el que tenés vos, como el que tengo yo, el problema es que no atiende a aquellos que disfrazados de periodistas quieren jugar un juego, el del lobby, el amiguismo, que con otros técnicos podrían pero que en esta oportunidad tienen las puertas cerradas.
Boca debe mejorar, es cierto, pero está en el comienzo de un camino, una nueva era que comenzó en enero y que tiene tres años por delante. El cuento del mal momento a otro lado: la crisis habrá que buscarla en aquellos clubes que de grandes sólo les queda el pasado. Boca está vivo, de pie, mal que les pese a muchos.