Hola!.
Este fin de semana tuve la oportunidad de ver la película documental de Michael Moore "Farenheit 9/11". Seguramente muchos ya la han visto, pero yo soy uno de esos que no va al cine y raramente alquila películas, así que para mí es toda una novedad.

Quería hacer un breve comentario al respecto:
La verdad, uno siempre escucha y supone los intereses reales que mueven a Bush a hacer las cosas que hace, pero es realmente impactante escuchar y ver a un compatriota de este señor; acusarlo, desenmascararlo, y oponérsele con todas sus fuerzas.

Creo que la película como documental, es excelente; y tiene ese condimento extra de que sean personas de tienen la misma bandera las que firmen dicho trabajo. Suena mucho más creíble aunque seguramente Moore haya obtenido una buena tajada al realizar este documental.

Está claro que lo que cuenta en su película lo sabíamos en un 70%... O sea, lo sabíamos nosotros, argentinos, sudamericanos... o mejor dicho, los "no estadounidenses"... Y les llamo "estadounidenses" porque no me parece apropiado llamarlos norteamericanos o americanos, ya que -mal que les pese- americano soy yo también y norteamericanos también son los mexicanos y los canadienses...

Evidentemente Moore hizo un documental para sus compatriotas y es a ellos a los que le habla todo el tiempo. Por lo visto está convencido de que el mundo sabe la verdad, pero se ha empeñado en quitarle la venda de los ojos a sus coterráneos.

Para finalizar, tuve una reflexión espontánea al terminar el documental:
Luego de ver los intereses financieros entrecruzados entre Bush y la familia Bimladen (así lo escribían en el documental), intereses de empresas estadounidenses con árabes, la repetición de nombres de personajes que en un pasado eran capos de empresas de intereses Bush que hoy cubren cargos en los gobiernos provisionales de los países a los que han "conquistado". Luego de comprobar que este país permite que sus mandatarios envíen a sus hijos a la muerte en nombre de la libertad del mundo, cuando los primeros que no tienen libertad son ellos mismos, porque son privados de expresarse, de informarse y de decidir qué hacer de sus vidas. Luego de ver, el lavado de cerebro que les hizo a sus tropas (que no son suyas, si no del pueblo), lo irónico que suena que esté en contra del "fundamentalismo" cuando él mismo es un fundamentalista (americano, pero fundamentalista al fin). Luego de ver las extrañas y alebosas maniobras cuando ganó (¿¿ganó??) la elección ante el entonces vicepresidente de EE.UU.; y su constante desperpajo para mostrarse como "aquí no ha pasado nada señores"...
Lo único que pude pensar y le grité a mi televisor apretando los puños como si tuviera un tenedor en cada mano fue (perdón, pero fue así):

¡¡QUÉ HIJO DE PUTA!!