La mayor potencia occidental, Estados Unidos, quiere controlar ahora también el universo y los satélites que por él circulan. El presidente George W. Bush ha firmado una nueva Política Nacional para el Espacio que rechaza futuros acuerdos de control de armas que puedan limitar la flexibilidad de su país fuera de la Tierra. La administración Bush se atribuye también el derecho de impedir el acceso al espacio a los países que considere enemigos. Con esta política se abre la puerta a la militarización de la estratosfera.

'La libertad de acción en el espacio es tan importante para Estados Unidos como el poder del aire y del mar', señala la Política en su introducción. El documento, que es la primera revisión amplia de la política espacial global en 10 años, además de enfatizar en los asuntos de seguridad, establece las líneas de la diplomacia espacial de Estados Unidos. Las acciones consistirán básicamente en la persuasión de otras naciones para apoyar sus propias políticas. El portavoz del Consejo sobre Seguridad Nacional de Estados Unidos, Frederick Jones, ha comentado que era necesaria una actualización para "reflejar el hecho de que el espacio se ha convertido en un elemento aún más importante para la seguridad económica, nacional e interior de Estados Unidos".

Para muchos, los cambios en la política refuerzan las sospechas internacionales de que Estados Unidos puede estar buscando desarrollar, probar y desplegar armas en el espacio. Las preocupaciones se han acrecentado por la negativa de la administración Bush a sostener negociaciones o incluso discusiones formales sobre el tema.