Había dos Veces, en un patio de una casa de Parque Chacabuco. Una Vez era muy ansiosa e inquieta, todo el tiempo quería saber secretos y no soportaba que le mintieran, su peor debilidad. La otra Vez, más grande y madura, a pesar de ser muy bromista, prefería pasar las tardes leyendo un buen libro de Cortazar, y se encontraba fascinada con Leonardo Da Vinci, pero esta Vez, no tenia un tipo de libro favorito, y además no viene al caso.
Una vez, una Vez apareció con una caja de zapatos en este patio que renglones mas arriba nombré, era pequeña, pero normal, negra por fuera, y por dentro…No sé. La cosa es que la otra Vez se inquieto frente a aquella caja pequeña pero normal, negra por fuera y de zapatos, y gracias a eso, comenzó esta pequeña historia, pero una historia en fin.
La Vez impaciente, comenzó a trabajar, y es que las Veces son así, o por lo menos esta Vez, insistiéndole a la otra Vez que le mostrase que había dentro de aquella caja de zapatos negra, pero esta Vez movió su cabeza unos 180º, y quito de su vista la misma, por que como verán, esta Vez no era ninguna tonta. La Vez enojada frente a su derrota, pensó, pensó, y pensó aún más, una nueva forma de conseguir la caja.
Esas Veces eran hermanas, por lo tanto vivian en el mismo sitio, por lo tanto ambas Veces estaban en contacto directo todo el tiempo, por lo que la Vez, en un momento cuando ella, pensaba que la otra Vez estaba distraída, tomo la caja, se escondió detrás de una maceta y disfruto de su momento de gloria, y al levantar la pequeña tapa de aquella pequeña caja de zapatos, una sombra irrumpió, aquel momento de paz, alegría, por que no era una sombra cualquiera, si no que era nada mas y nada menos que la sombra de la otra Vez que tapo el contenido, y de un golpe brusco se la quito de las manos.
La Vez, frente a una nueva derrota, pensó nuevamente y se le ocurrió, otra idea para conseguir aquella añorada caja de zapatos, cuyo contenido X, era el objetivo mayor de esta, así que se puso en marcha. Fue decidida hacia la Vez, le hablo de Vez en Vez, como debería ser, y le dijo:
-Mirá, Vez, yo no se muy bien lo que tenes ahí, pero la verdad es que no me llama la atención, no me importa, así que sacala de acá.
La Vez, confiada, pensaba que era la triunfadora, ya que creía que con psicología inversa lograría convencer de una Vez por todas a la Vez, pero esta vez, ni ninguna vez, la Vez fue vencida, ya que no era ninguna tonta, pues le dijo:
-Bueno Vez, no hay problema. Chau.
La Vez furiosa, no podía creer haber fracasado nuevamente, se lanzo por encima de la Vez y la ataco, pero esta Vez era mas chica que la otra Vez y al final, la lastimada, fue ella.
-¡Otra vez más!, ¡fracasé!, no tengo honor como Vez que soy. Dijo la Vez, pero a pesar de todo la Vez, probo otra vez. Esta vez, la Vez, sería muy astuta, ya que no aguantaba una derrota más. La Vez, tomo otra caja de zapatos igual a esta, y la dejo sobre la mesa, la otra Vez al pasar por ahí la tomo, pensando que era su caja de zapatos, y la Vez, corrió hacia la habitación de la otra Vez, revolvió todo, pero la caja tan esperada, no aparecía, finalmente, y de una vez por todas, encontró la caja de zapatos, debajo de la cama, y sin esperar esta vez, la Vez levanto la tapa pero, o desgracia, que la otra Vez, la sorprendió por la espalda, y nuevamente le quito la caja. La Vez estaba rendida, no podía creerlo, otra vez, la Vez había sido derrotada. Pero la Vez, con gusto a victoria gozó su momento, su verdadero momento, de gloría, y le dijo:
-Mira Vez, todo este tiempo que vos quisiste ver que tenia adentro de la caja, yo, me divertí mucho, pero te rendiste, y esto no va más. Así que la Vez, le mostró a la otra Vez, de una vez por todas, y por última vez, lo que había adentro.