Mientras Abel se adentra entre los arboles, nota que las especies forestales de la zona no son diferentes a las que el conoce, solo que su porte es enorme. Incluso las flores y las plantas herbaceas parecen ser mas grandes de los normal.
Ragmar sigue a su hermano, hacha en mano, sin emitir un sonido, mas alla del crijido de su estomago, que es algo constante ya que el enorme beornida siempre tiene hambre.
Una vez ambos llegan a un claro, Abel se agacha cerca de unas huellas de cervatillo, e inspecciona algunas de las plantas herbaceas que alli crecen, mientras que su hermano, lanza potentes hachazos al aire en todas dimensiones. El sudor corre por sus musculos con el ejercicio, a tal punto, que su rojizo cabello acaba todo empapado, al igual que su barba.
Cuando ambos terminan, el sudoroso Ragmar y Abel el herborista, vuelven al Claro, para encontrar a sus camaradas, o durmiendo o descansando, ya con el equipò que se les habia prometido.
Sobre el suelo, hay dos pilas de objetos para cada uno de ustedes
//Hay una capa elfica de color verde oscuro, que otorga un bonificador de +3 a esconderce y moverce silenciosamente. Hay un rollo de tela que contiene diversos utencillos, un tramo de cuerda, una lona verde, que asumen sera una especie de tienda, y un paquete hecho con hojas grandes, en las que unas especies de vainillas anaranjadas estan envueltas.//