Pasa que el radicalismo, desde su propia base, se niega a enfilarse detrás de una figura única, sino que por el contrario, busca sustentarse a través de una unidad partidaria colectiva. Ésto es así desde la creación del partido: el propio Alem, cuando lo fundó, dijo que uno de sus preceptos básicos era la "impersonalidad de la coalición". Más de 80 años después, Alfonsín defendía la misma postura al decir que había "que seguir ideas, no hombres."
Lo que sí es verdad es que la estructura partidaria hoy por hoy está muy debilitada, no tanto por las figuras políticas que se fueron desprendiendo (Carrió, Stobitzer y Cobos son los casos más actuales) sino porque el propio partido empezó a centralizarse atrás de algunas figuras que, si bien por ahí no son tan populares, tienen y tuvieron mucho peso en la organización interna: caso Coti Nosiglia, Federico Storani, Leopoldo Moreau. Gente que, prendiendose al recuerdo triunfante del Gobierno del '83, buscó perdurarse al frente del partido a toda costa. A ésto me refería con que la figura de Cobos no era la culpable en sí de la derrota en las internas, que siquiera tenía nada que ver; lo que pasa es que el cobismo estaba apoyado por éstas figuras que a muchos de los radicales ya nos resultan trágicas.